1. Mi miedo a volar es calmado de forma inesperada


    Fecha: 07/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... increíble. Y me sentía fatal. Tenía a María al lado. No me podía creer lo que estaba pasando.
    
    Tenía que parar esto. Me había tranquilizado un poco ya. Y mi polla empezaba a ponerse más grande de lo que debería. En esa posición, sentado, con el cinturón abrochado… la incipiente erección de mi polla me empezaba a hacer daño. Lo primero, tenía que recolocarme la polla. Con discreción, metí mi mano izquierda bajo la manta, desabroché el cinturón del asiento, abrí mi pantalón y me recoloqué la polla. Volví a sacar la mano. Las turbulencias no paraban. Maldita sea, eran las turbulencias más largas que había vivido nunca. Quería quitar su mano de mi muslo, pero no podía. Prefería esto a pasar un mal rato. Solo hasta que terminasen las turbulencias, me dije.
    
    Ella siguió acariciando mi muslo, masajeándolo. Entonces, el avión pegó otro pequeño salto. Mi corazón se volvió a acelerar, me agarré otra vez de los reposabrazos y volví a cerrar los ojos.
    
    - Tranquilo “sweetheart”, todo está bien – oí que me decía en voz baja.
    
    Su mano dejó de masajear mi muslo, y noté que empezó a subir poco a poco, llegando un poco más allá, hacía mi muslo interior. Estaba a centímetros de mi entrepierna.
    
    Aunque atenazado por el miedo, mi mente consiguió alertarme. “Mierda!” pensé. Me había dejado los botones del pantalón abiertos. Una cosa era dejarme acariciar el muslo, y otra distinta es que me tocase la polla, con mi novia al lado.
    
    Demasiado tarde. Ella dio el último paso, subiendo su ...
    ... mano con la intención de tocarme la polla por encima del pantalón. Noté que su mano se detuvo momentáneamente al tocar los botones del pantalón abierto, para inmediatamente seguir y pasar su mano completamente sobre mi polla por encima del bóxer. Abrí los ojos, y la miré asustado. Su cara era una mezcla de sorpresa y lujuria. Esta chica no se cortaba nada. Un escalofrío enorme recorrió mi cuerpo, mis piernas se quedaron sin fuerza y mis manos quedaron temblorosas, y no debido a las turbulencias. La sensación fue brutal. La mano de esta preciosidad, acariciando el largo de mi polla. Me miró, mordiéndose el labio inferior. Esta mirada me derritió. Quería pararla… pero no podía pararla. Se me olvidó todo lo que pasaba alrededor. Ya no estaba en un avión. Cerré los ojos y me recosté, respirando profundamente. Tenía luz verde. Ella lo entendió, y con cuidado, metió la mano por debajo del bóxer, agarrando suavemente mi polla, a la que le faltaba poco para estar completamente erecta. El contacto de su mano alrededor de mi polla hizo que se me pusiese completamente dura.
    
    Con delicadeza, empezó a pajearme a un ritmo suave, pero constante. Para facilitar las cosas, me bajé ligeramente el pantalón y bóxer.
    
    Al amparo de la oscuridad, prácticamente cubierto por la manta, la gente de alrededor durmiendo, incluida María, estaba recibiendo una paja monumental de la chica más bonita que había conocido. Su mano y brazo estaban por debajo de la manta, lo más discretamente que se podía. Ella ...
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