1. El polígrafo sexual


    Fecha: 11/04/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: NoeliaMedina, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocado comernos esta mierda de prueba, al menos disfrutémosla un poco. Venga, ¿llevas las bragas puestas?
    
    Lara puso los ojos en blanco, pero se recordó que después le tocaría a él.
    
    —Si respondo, ¿te comprometes a actuar igual cuando te toque? —Daniel asintió, convenciéndola. Tras unos segundos, suspiró y añadió—: Sí, las llevo puestas.
    
    —Una pena. —Sonrió de lado como un auténtico sinvergüenza. A continuación, dispuesto a saciar su curiosidad, añadió—: ¿Te caigo mal?
    
    —Sí —respondió ella sin titubeo alguno.
    
    La luz verde se encendió y Daniel ocultó el pellizco de decepción.
    
    —Eso es porque no te has parado a conocerme.
    
    —Siguiente pregunta, por favor, Garrido, que ya ansío mi turno al otro lado del estrado.
    
    Lara empezó a sentirse cómoda en esa silla, aun habiendo contestado a la indiscreta, directa e improvisada pregunta.
    
    —¿Te pongo nerviosa?
    
    —Ya te gustaría.
    
    Aunque la verdad era que la comodidad que sentía iba acompañada de ese punto de excitación provocado por el hecho de hablar de su ropa interior.
    
    —Céntrate y responde.
    
    —No.
    
    Por primera vez, el color rojo apareció en el visor del polígrafo.
    
    —Interesante —dijo Daniel mostrando una ligera sonrisa de medio lado—. ¿Me has mirado el paquete cuando me he colocado delante de ti?
    
    —No —respondió rápidamente, esquivando la mirada de él.
    
    El rojo volvió a saltar, y Lara notó un sentimiento de pudor que le recorrió todo su cuerpo.
    
    Daniel, aprovechando el chivatazo de su nuevo ...
    ... compañero, se acarició sutilmente delante de ella.
    
    —¿Te estás imaginando cómo la tengo?
    
    —No.
    
    El color rojo de nuevo.
    
    Lara empezó a sudar y él se excitó por primera vez en esa sala fría como el hielo.
    
    —Volviendo a tus bragas… ¿Llevas tanga?
    
    —Pero ¿qué es esto?
    
    —Responde.
    
    —Sí, llevo un tanga, que ya te gustaría a ti ver.
    
    —¿Te has masturbado en los dos últimos días?
    
    —Empiezas a incomodarme —protestó, indignada—. ¿Qué más te dan a ti esas cuestiones personales?
    
    —Eso puedes preguntármelo cuando te toque. Pero, no sé… —Se llevó dos dedos al mentón y lo tocó con interés—. Me gustaría saber qué tipo de mujer hay detrás de la estirada agente que vive peleando con sus compañeros. Seguro que me sorprenderá.
    
    Lara pensó que no podía hacerse una idea de cómo era en realidad dentro en su terreno personal. Y, por primera vez, reconoció que ni ella misma se conocía tanto como creía, porque estaba excitada, porque quería seguirle el juego, a pesar de asquearle aquel tipo. También, se dijo, sabía que parte de ese asco era debido a la indiferencia con la que la trataba. ¿Por qué nunca la miraba como mujer? La mayoría de los compañeros lo hacían, pero él no. ¿Qué la hacía invisible a sus ojos? «Puedes comprobarlo cuando te toque preguntar, ahora solo debes responder algunas preguntas más», se recordó.
    
    Solo tenía que ser más descarada que él para sacarlo de la zona confortable en la que estaba acostumbrado a moverse con las mujeres.
    
    —Sí, me he masturbado en los ...
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