Una decisión difícil
Fecha: 19/04/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... estupenda —afirmó el hombretón.
—Sí, sí que lo es —dijo intentando ser amable.
—Me llamo Stewart —se presentó ofreciéndole la mano.
—Sofía. Encantada.
—No pareces de aquí, Sofía.
—No, no lo soy. Soy española.
—Oh, España. Flamenco. Buen vino, buen jamón y, sobre todo, buenas mujeres.
—Sí —dijo ella sonriendo, intentando ser educada, y en verdad, el interés que despertaba el hombre en ella era nulo. Al parecer, para aquel hombre, en España todos andaban por la calle bailando flamenco y comiendo jamón.
Sofía miró a su alrededor buscando a Anabelle para que la rescatara de aquel gigante texano que parecía tener pocas luces y, al mirar más detenidamente vio al financiero español tumbado en el sofá, mientras una mujer que no era su esposa se afanaba haciéndole una felación, a su vez, el hombre parecía estar saludándola con la mano. Sofía, cerró los ojos y volvió a abrirlos por si lo que estaba viendo eran visiones, producto de la droga, pero al abrirlos de nuevo, el hombre seguía sonriendo, mientras la mujer se esmeraba en su labor. En otro sofá más a la izquierda, otra mujer estaba con el vestido levantado, las piernas abiertas, el tanga a un lado, y un hombre que no era su marido abrevaba en su entrepierna. Sin convencerse todavía de que lo que estaba observando era cierto, apoyada en una mesa, se encontraba también otra mujer con el vestido levantado, y el hombre que había tras ella se desabrochaba el pantalón, se desanudaba la corbata y la tiraba al ...
... suelo, al mismo tiempo la mujer esnifaba una raya de coca y bebía un sorbo de champagne, mientras el hombre que se encontraba a su espalda la penetraba e enérgicos y contundentes movimientos de su pelvis.
Fueran visiones o no, Sofía experimentó unos calores internos al ver como la fiesta se estaba desmadrando, convirtiéndose en una bacanal y, si aún no estaba lo suficientemente convencida de que aquello era real, sintió la mano del texano presionándole la nalga. Inmediatamente, le dio la vuelta para besarla, y Sofía paladeó un sabor desagradable a un exceso de alcohol y de tabaco, sin embargo se dejó llevar e intentó disfrutar del momento. Después de todo, Jaime lo tenía bien merecido por dejarla siempre sola.
Después del desagradable morreo, el hombretón le dio la vuelta bruscamente y sin ningún miramiento, la apoyó en la mesa, le subió el vestido, le bajó el tanga, le abrió las piernas, palpó su raja mojada, sacó su herramienta y la penetró con un brusco empujón, aferrándose a sus caderas y atrayéndolas hacia él. Sofía estaba un poco turbada por el alcohol y la droga, pero sobre todo estaba desconcertada por como se estaban desarrollando los acontecimientos, pero no fue motivo para dejar de gozar con las embestidas del gigante. Vio que ya estaban todos los invitados, de un modo u otro disfrutando del sexo con sus parejas intercambiadas. En un sofá había dos parejas, los dos hombres sentados y las dos mujeres montadas sobre ellos. Pudo ver que una de ellas era Anabelle ...