1. El patio de mi casa


    Fecha: 20/04/2022, Categorías: Hetero Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... iría por ella al día siguiente. Por lo que tramé un plan para pillarle.
    
    Con el ajetreo del trabajo se me pasó de largo y casi en mi cuarenta cumpleaños me acordé de mi perfecto plan. En esa época ya me había dado una pequeña crisis cercana a la cuarentena y me había cortado el pelo bien corto, todavía no sé por qué lo hice, pero me acabó gustando.
    
    El caso es que me compré dos bragas monísimas y bien baratas, tampoco era plan de tirar el dinero. Dejé una en la cuerda y colocando una vieja cámara relativamente escondida en el patio, descubriría al chorizo.
    
    Al día siguiente incluso me levanté feliz. Mi juego se iba a terminar y me sentía vencedora, me daba igual si no me la habían quitado, porque de ser así, al día siguiente lo volvería a intentar. Tenía claro que quería divertirme con todo este plan.
    
    Visioné la cámara a la máxima velocidad. Al patio salieron Olivia, que no hizo nada y también Fermín, que tampoco tocó mi braga, pero alguien había sido… porque la ropa interior… no estaba.
    
    No tardó mucho en aparecer, quizá a las dos de la madrugada más o menos por la hora de la grabación. Tras las sombras de la noche una silueta se formó al fondo del patio. Alguien abría la puerta y se acercaba de forma sigilosa hacia la cuerda, se hizo espacio entre la ropa y… cazado. Rober era el que me robaba las bragas.
    
    Cuando lo vi… sonreí y me reí tirada en el sofá. Creo que me dio cierta satisfacción saber que podía poner a un chico tan joven y bien formado, no era un ...
    ... feo salido, bueno… salido igual si, pero feo no.
    
    Pensé en que podía hacer, quizá ir y decirle que no volviera a pasar, que aquello estaba como el culo y que además, me hacía perder dinero. Me llegué a vestir para ir a llamar a la puerta, decirle que saliera un momento a hablar con alguna excusa y contárselo en el rellano. Pero no conseguí salir de casa… no me apetecía terminar así el juego.
    
    Por lo que tramé algún plan, algo que me hiciera sentirme fuera de la rutina que era mi vida. Las historias de Carolina siempre me ponían los dientes largos, yo también quería vivir una aventura.
    
    Aquella semana no estuve para nada bien en el trabajo, casi que estaba ida, pensando en lo que podía hacer con aquel tema. Estaba claro que no le quería llamar la atención al joven y tampoco seguir dejándole mis bragas para que… ¿Qué se hacía? Supongo que pajearse…
    
    Al final el jueves a la mañana, mientras tecleaba a un cliente en el ordenar se me ocurrió una tontería que podía dar resultado. Llegué a casa con prisa, cogí un bolígrafo, papel y me puse a escribir. Era una pequeña nota, nada del otro mundo, pero mi corazón se aceleraba cada vez que la leía y pensaba en lo que iba a hacer con ella.
    
    Llegó el viernes y después de trabajar me eché la siesta. Tenía el cuerpo agitado, necesitaba dormir, sobre todo porque si mi plan salía bien, en teoría mi ladrón de bragas iría de madrugada a por ellas y debería estar despierta.
    
    No lo soporté, antes de cenar me metí en la ducha, me rasuré ...
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