1. Mi madre y mi amigo - 02 - Secretaria ejecutiva


    Fecha: 06/06/2018, Categorías: Gays Autor: livorno_09, Fuente: CuentoRelatos

    ... completamente descontrolada.
    
    —Me encanta tu culo, ¿Me vas a dejar follártelo siempre, verdad? Es de mi propiedad, es absolutamente mío.
    
    —Es todooooo tuyo, mi amooooorr, todo tuyooooooo.
    
    —Los muchachos no me van creer cuando les cuente que te he culeado y que te la voy a meter por el orto todas las veces que yo quiera... Quiero que ellos sepan que este sabroso culote es mío. Mi amigo daba sendas palmadas en las nalgas de mi madre con su mano abierta.
    
    —Cuéntaleeee a quien quieras, mi vidaaaaa, que todoooos sepan como me haceeeess gozaaaaaar, siiiiiii, sigueeeeee, no te detengaaaaaas, ahhhhh, me corrooooo, me corrooooooo. Sofía había acabado una vez más, sin embargo a Carlos todavía le quedaban un poco de fuerzas.
    
    —Estoy cumpliendo el sueño de todo el barrio, follarme el culo de la madre de Jorge, jajajajaja que fantástico. No sabes el morbo que me da clavártela en el orto y acá en la pieza de tu hijo. Jorge también debería enterarse de lo caliente que es su madre. Sofía ya no respondía nada y sólo recibía las fuertes embestidas de mi amigo.
    
    —Siiiii, vas a recibirla toda en tu culito, te voy a llenar el orto con mi lecheeeee, eso, esooooooo, estrújala todaaaaaa. Pude observar cómo mi madre levantaba su cabeza, soltaba un último gran gemido y ...
    ... abría bastante los ojos al sentir la descarga de Carlos dentro suyo.
    
    —¿Te gusta sentir mi lechecita, verdad Sofy? Preguntaba un exhausto Carlos dejándose caer sobre mi madre.
    
    —Me fascina, Carlitos, me encanta tener tu leche calientita dentro de mí. Fueron las últimas palabras de Sofía antes de que ambos se recostaran un par de minutos sobre mi cama.
    
    Tras unos momentos observé como Carlos se subía los pantalones, mientras mi madre lo besaba para luego entrar al baño donde se arregló lo más que pudo su ropa. Después de esto ambos se despidieron no sin antes prometerse repetir la sesión de sexo que habían tenido aquel día.
    
    Yo me mantuve en mi escondite hasta que mi madre salió del departamento y cuando ella volvió yo estaba cómodamente en mi recamara viendo televisión. Aunque debo reconocer que cuando entré limpié toda mi pieza en especial mi cama, cambié el cubrecama y apliqué desodorante ambiental, ya que aún se podía sentir el olor a sexo. Mi madre llegó ya entrada la noche, entró a mi pieza y me saludó diciendo que se iba a dormir porque estaba muy cansada, ¿y cómo no? Pensé yo después de la tunda que había recibido en la tarde.
    
    Esa fue la segunda vez que observé a mi madre y a mi amigo en sus aventuras. Sin embargo, lo mejor aún estaba por venir. 
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