1. Espectacular encuentro


    Fecha: 05/05/2022, Categorías: Hetero Autor: Pedro_al, Fuente: CuentoRelatos

    ... los míos y refugiados en la oscuridad de aquella calle me besó con inusitada pasión, se desbocó como una yegua huye del fuego y antes de que yo pudiese siquiera pensar, su lengua se había trenzado con la mía en un nudo que me llevó a una vorágine de sensaciones increíbles.
    
    Su cuerpo aprisionaba el mío, el cigarrillo que acababa de encender había caído al suelo y mis brazos recorrían la espalda de María con tanto deseo y calor que ya no sabía ni donde estaba su abrigo, ni mi auto ni nada…
    
    Sentía sus pechos apretados contra mi pecho, sentía sus pezones punzantes contra mi cuerpo y sus caderas apoyadas contra las mías que buscaban con un movimiento, más que violento intenso, el roce con mi polla que crecía de forma veloz.
    
    Su lengua recorría toda mi boca, su mejilla aún estaba húmeda de aquella lágrima que la había recorrido segundos antes y pude ver una sonrisa dibujada en sus labios, "No te podía dejar ir así, sin más." Fue lo último que dijo. Volvió a juntar sus labios con los míos y su lengua se perdió de nuevo por dentro de mi boca buscando el roce de la mía.
    
    Sus brazos recorrían mi espalda, mi nuca y mis mejillas, sus caricias me transportaron de forma que parecía que iba a perder el sentido.
    
    Sin saber muy bien cómo, me encontré en un amplio salón apenas iluminado por la temblorosa luz de la leña ardiendo, en el centro de aquella estancia unos amplios cojines y mantas que invitaban a tumbarse en ellos y gozar de las bondades de esta vida.
    
    La figura de ...
    ... María se dibujaba en la oscuridad por los fugaces reflejos de aquel fuego intenso que ardía en el hogar, dejaba caer su abrigo al suelo, se volvió de espaldas y con un gesto me indicó que bajase la cremallera de aquel vestido ajustado que llevaba colocado.
    
    Sin nada que lo sujetase, el vestido se deslizó por el cuerpo de María cayendo irremediablemente al suelo de aquella estancia, dejando ante mi la espalda desnuda de aquella mujer tan deseada, su culo que minutos antes había estado penetrado con mis dedos y las medias y zapatos que eran las únicas prendas que se mantenían sobre su piel.
    
    Estaba atónito, no sabía ni como había sucedido pero estaba allí en una casa desconocida, acogedora y en un ambiente embriagador que me estaba transportando al infinito.
    
    María se volvió hacia mi, en su mirada se adivinaba que era ella quien llevaría la iniciativa, por supuesto que yo me dejaba hacer. Pude ver sus tetas, sus pezones alumbrados por el chispeante fuego… pero no me dejaba tocar, ni acariciar, solo admirar. Antes de darme cuenta estaba yo totalmente desnudo frente a ella, pues ella misma se había encargado de despojarme de mi ropa.
    
    Por señas me hizo acostarme sobre los cojines, boca arriba, esperaba que ella hiciese lo mismo pero no. Se perdió de mi vista por unos segundos y al poco volvió. No sabía adonde había ido, tan solo pude ver que traía algo que dejó sobre el sofá más próximo. Yo seguía tumbado mirando al techo de la estancia cuando ella puso sus pies, sus zapatos ...
«12...8910...14»