1. Confesión real de un profesor - sexo entre profe de 36 y chica de noveno


    Fecha: 06/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    ... conduje hacia la mía con dos dedos. Nos dimos unos besos. Natalia respondió metiéndose más entre mis piernas. Yo, otra vez mostré la necesidad de un límite. Y ¿si estaba pasándose de la raya? El riesgo era más que temerario, era absurdo. - Nata, mi amor… - ay, dime que no te gusta… - ¡ja! Es que ese el problema. - Y eso es justamente lo que yo quiero. - Qué, ¿que nos descubran? - No, profe. Quiero que se pare otra vez. ¿Han visto esos memes donde muestran una cara dibujada en línea con una expresión de tal asombro que se descuencan los ojos y se desgarra el cuello? Pues, tal cual. Y, sí, estaba parándoseme hacía pocos segundos. Tenerla ahí, más cerquita que nunca y de remate a solas, bebiendo su rico olor y sintiendo su calor, además del pequeño y cálido vacío en medio de sus nalgas, que era tan evidente en mi muslo. - a mí nunca nadie me ha hecho sentir como tú – agregó – y me encanta como me miras y me tratas. Ya me lo había escrito algunas veces. “No sé qué es eso que tú tienes que nadie más tiene”. ¡Puff! Eso reconstruye la autoestima más que varios años de terapia. Ahora, oírlo a pocos centímetros de mi oído era, era… no sé. Estaba enamorado. La atraje por completo hacia mí con mi mano y nos empezamos a dar besos. Una partecita de mí gritaba, por allá adentro, si acaso no estaría soñando, o todo era una alucinación, o una broma o qué. Pero sí estaba pasando, y de vez en cuando hay que aceptar las cosas maravillosas que nos pasan. Capítulo 6 – Pura lujuria ...
    ... ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ ¿A alguien a alguna vez le han leído la carta astral? Si no, les diré que, en momentos diferentes de la vida, hay diferente influencia para diferentes cosas. Y que, eventualmente se presentan las condiciones perfectas para que algo ocurra. Solo hay que saber reconocer el momento y actuar. Ricardo decía “que una muchacha se enamore de él, es lo mejor que le puede pasar a un hombre en la vida”. Sí, lo mejor. Así que ¿cuántas veces más habría yo de esperar que me ocurriera? Con razón decían que uno se arrepiente es de lo que NO hace. Ahí estábamos, Natalia y yo, una pareja prohibida a punto de hacer el amor en un lugar prohibido, en la puta vida real. Ya en alguna ocasión, la propia realidad se había vuelto relativa delante de mis sentidos porque se asemejaba a algún sueño, aunque nunca por nada tan complejo ni mucho menos tan bello. Si hasta tenía ganas de darme un fuerte pellizco. En los tres meses que llevábamos de novios, solo una vez nos habíamos encontrado por fuera del colegio. ¡Diablos que es difícil tener una relación con alguien a quien se le ha establecido a dedo que no es apta para tal cosa! “¿por qué diablos tienen que existir los límites?” solía renegar ella. Los menores no son dueños de su tiempo, ni de su vida, y eso no está mal para las mayorías. El problema es que siempre hay gente no convencional, superior, que tiene que vivir apegada a las reglas de las mayorías inferiores, basadas en el miedo. Recuerdo haber soñado una vez ser aún un estudiante, y ...
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