Un largo y cálido verano
Fecha: 22/05/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sedienta me tomaba hasta la última gota que había escapado de mi boca, pasándome la lengua por los dedos y los labios - eres un manjar para los dioses, una traga leche, vas a ser toda tu vida una puta gozadora – Nos quedamos abrazados por unos momentos que me parecieron eternos reponiendo energías, yo estaba segura de que en la ecuación el viejo, había ganado, quizás el momento más feliz de su vida y que jamás lo olvidaría ni yo tampoco.
Se fue apaciguando poco a poco, me acariciaba con ternura, me miró a los ojos y me dijo – Martita no te imaginas el placer que me has dado, eres de esas hembras nacidas para ser gozadas y dar placer a los hombres, bendita sea María Marta –
Gracias a ti le dije arreglándome la ropa y despidiéndome con un beso en la mejilla, cuando me iba, desde la puerta me di vuelta, corrí a sus brazos y le di un beso con toda mi lengua, y arrodillándome le di un último lenguazo a su boa que me había prodigado su néctar.
Me subí a la bicicleta y salí sin rumbo, Que divino, ni puedo explicar lo que las sensaciones me dejaban, por primera vez había tenido sexo de verdad. Había perdido mi virginidad. Su leche de macho viril se había derramado en mi boca, me punzaba la vagina que me había sangrado un poco y estaba muy hinchada del roce de mucosas, las tetitas machacadas con moretones pero me sentía mujer, ...
... había despertado al sexo.
Supe en ese momento, hace ya cuatro lustros que sería toda mi vida una chupa pija, de la mema de niñita había pasado a necesitar otra mema, el pedazo de un hombre pulsando en mi boca, eso me hacia feliz, enérgica. Esa necesidad en todo momento de consentir al macho y de ser anhelada.
Venero la nata testicular que obtengo por el deseo que provoco, esa sensación de ser anhelada, deleite del cuerpo y el alma que sabe de esos sabores. Mi vagina, culo, boca, cara se delectan con ellos. Mis pechos saben del placer que produce el torrente de leche regado por pijas descargando su energía en mí, o cuando pasa por la garganta y desespero tratado de saborear todo ese jugo blanco, pegajoso y dulzón que da vida.
Supe de mi signo mi estigma Que mi vida iba a ser un derrotero de apetito y sometimiento. Eso me da el imperio de ser dueña del semen y el brío de mi macho. Sabía que sería una fémina solícita. La niña se convirtió ese día, en una mujer marcada por el deseo. Ese largo verano me hice gozadora y me marco la vida para siempre.
Regrese a casa dolorida y pegajosa de semen que choreaba por mis muslos. Antes de entrar me duche con la manguera del jardín, me fui a mi cuarto, dolorida, todavía tenía el olor del macho en mi cuerpo. Soñé entre dormida con placeres y entregas. Me había convertido en mujer.