1. El mal clima.


    Fecha: 27/05/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... descaradamente las tetas al igual que el viejo y después dirigía la mirada al anciano mirón. Ni cuenta se dieron que los descubrí. Mi vagina estaba muy mojadita. Me animé y me giré, les di la espalda. Me hice la tonta. Mamá caminaba a llevar lo que tomó de hierba a la camioneta y fingiendo que nadie me veía llevé mis manos entre mis nalgas, fingí que se complicaba el intento de sacarme la tela del short negro. Las dos manos atrás, y palma con palma, así las metí hasta la altura de mis muñecas para que vieran que tan “culona estaba” tanto que me cabía eso en mis pompis. Saqué la tela del short. Acomodé mi tanga. Bajé tantito mi short negro hasta casi la mitad de mis pompis. Dejé ver el moñito color blanco y el hilo delgadito que se perdía poco a poco al bajar hasta el inicio de la raya de mis nalgas regordetas. Con mi otra mano tomé el moñito y estiré hacia arriba. Sentí el hilo hacer presión en mi culo. Solté mi short dejándolo un poco abajo, sólo hasta el inicio de mis nalgotas y el final de mi espalda (jajaja) para que también me vieran bien. Me fui caminando, acomodando mi cachucha sin voltear a verlos seguí trabajando. Estaba tan excitada con todo lo que pasaba que no noté que estaba sudando. Mamá me daba otra cerveza. Mi ombliguera estaba empapada de sudor. Papá me veía, al igual que el viejo cochino.
    
    –Venga Don Pedrito. Vamos a descansar- Le dijo papá a don Pedrito con la finalidad de ir a beber en la camioneta.
    
    -Sí. Don Pedrito, descansen un poco -Contestó ...
    ... mamá parada con sus guantes amarillos, lentes de pasta gruesa negros, cabello recogido y el flequillo a media cara. Estaba sobre el montoncito de hierbas con las piernas abierta restirando un poco su short celeste. Su rostro, los brazos y sobre todo sus pechos brillaban gracias al sudor. Las pequeñas gotitas de sudor estáticas sobre sus grandes tetas las hacían notar mucho.
    
    -Ya. Vaya con papá – animé con un tono amable- Nosotras terminamos.
    
    Papá sacó más cervezas, ya llevaban varias latas. Tenían música. Estaban recargados en la caja, acompañados por el perro negro, para poder apreciar mejor nuestros cuerpos en las vueltas que dábamos. Teníamos como 30 minutos acarreando maleza y mamá abría otra cerveza junto conmigo.
    
    -Esa canción me gusta mucho- Gritó emocionada mamá frente a la camioneta tirando los guantes amarillos al suelo. Se puso a bailar. Mamá se contoneaba al rimo de una cumbia. Alzaba los brazos al aire y el escote de su blusa color durazno cedía poco a poco ante la gravedad de sus tetas enormes. El principio y gran parte de sus aureolas café claro se asomaban y sus pezones grandes de un café más oscuro comenzaban a verse doblados por la “V” de su gran escote.
    
    -¡Ea,Ea,Ea!- Gritaba papá animándola mientras don Pedrito aplaudía al compás. Mamá daba vueltas en el mismo sitio, a unos pasos de los admiradores, mientras mostraba un hermoso abdomen plano adornado con un ombligo pequeño. Entre vueltas se veía cómo el short celeste de vestir estaba translucido y ...
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