1. ¿Quisieras follarte a mi esposa?


    Fecha: 10/06/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Ingresamos al lugar y tuvimos acceso con mi vehículo al reservado asignado. No más llegar, ellos se apresuraron a bajarse y subir las escaleras hacia la habitación. De manera que, al ingresar yo al recinto, ya ella le había bajado sus pantalones y chupaba con deleite su enorme y erecto pene. El tan solo permanecía recostado a la pared, permitiendo que mi esposa degustara de él a su antojo.
    
    Pasado un rato ella, llevada por la excitación y la calentura, procedió a desnudarlo, descubriendo, poco a poco, un cuerpo atlético y bien formado, quizá trabajado con ejercicio en gimnasio. La verdad es que el interés y curiosidad de ella por él, aquella noche, bien había valido la pena. Y mucho más el aprovechar la oportunidad de que este hombre, más joven que ella, hubiera aceptado compartir con ella esta aventura de fin de semana. Una vez desnudo, él no tuvo que hacer nada; ella misma se apresuró a despojarse de la ropa para quedar en igualdad de condiciones con su macho. Tan solo se dejó los zapatos puestos para quedar un tanto igualados en altura con él.
    
    Permanecieron desnudos, de pie, abrazados, al borde de la cama, besándose con inusitada pasión, mientras sus manos exploraban el cuerpo del otro con curiosidad. Mi esposa no soltaba el erecto miembro de aquel, que frotaba delicadamente sin parar, tal vez para que no fuera de disminuir su dureza y disposición. El, entonces, empezó a avanzar, empujándola a ella hacia atrás hasta tropezar con el borde la cama y obligarla a ...
    ... sentarse y caer de espaldas sobre ella. Camilo se arrodilló en medio de sus piernas, las cuales separó a lado y lado, y se dispuso a lamer su sexo con la lengua.
    
    Lo hacía muy hábil y delicadamente porque bien pronto Laura empezó a contorsionar su torso, y a gemir, primero tímidamente, y luego más fuerte, mientras sacudía su cabeza de lado a lado. Era evidente que estaba experimentando sensaciones fuertes a medida que Camilo exploraba su sexo con su lengua e introducía magistralmente sus dedos dentro de la vagina de mi mujer, quien estaba encantada con aquello.
    
    El, pasados unos instantes, consideró que ya era tiempo y cubrió con su cuerpo el cuerpo de mi excitada esposa, introduciendo sin ninguna dificultad aquel duro y enorme miembro dentro de aquella vagina que lo recibió con deseo. Se veía diminuta mi mujer debajo de aquel macho, y su miembro, bombeando dentro de aquella parecía no caber en su totalidad. Ella, excitada como estaba, solo atinaba a mover sus piernas arriba y abajo al compás de las embestidas de aquel mientras ella gemía y gemía de placer, sin cesar.
    
    Camilo, de verdad, quería que aquel encuentro fuera inolvidable para ella, así que bien pronto propició un cambio de posición. Mamita, ¿te gusta lo que estás sintiendo? Te quiero penetrar desde atrás. ¿Me dejas? Si, dijo ella, acomodándose de rodillas sobre la cama, apoyada en sus manos, en posición de perrito, mientras él procedía a ensartarla desde atrás y embestirla repetidamente con todo el vigor. Ella ...
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