1. ¿Quisieras follarte a mi esposa?


    Fecha: 10/06/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... empezaba a gemir nuevamente y elevar el volumen de su voz a medida que la intensidad de las sensaciones aumentaba.
    
    Camilo la tumbó sobre la cama, de medio lado, y siguió penetrándola desde atrás, sin parar con sus embestidas, susurrándole al oído, mamita, yo sabía que, si, así como bailabas follabas, con seguridad la iba a pasar muy bien. Y la verdad, la estoy pasando muy rico. Me encanta tener mi verga dentro de ti. Se siente calientica y húmeda, y veo que tú no quieres que yo la saque ¿verdad? No, sigue así que te siento rico. No pares, decía ella.
    
    Ahora él toma una de sus piernas y la manipula para que ella quede acostada de espaldas y él, de rodillas frente a ella, empujando mientras abre y balancea sus piernas al vaivén de sus embates. Ella esta excitadísima. Se revuelca, se acaricia sus senos y gime, hasta que ya no aguanta más y explota en un grito continuo y profundo, mientras aquel, impávido, continúa su labor, taladrando sin parar el excitado sexo de mi excitada y exhausta esposa. Déjame descansar un ratico, suplica ella.
    
    Camilo se recuesta sobre ella y la besa, sin sacar su miembro de su cuerpo, que aún está pendiente por explotar. Ella acepta sus besos y parece desfallecer, pedir aire y descanso. El entiende y saca su miembro, recostándose a un costado de ella, pero sigue acariciando su cuerpo y especialmente sus senos con sus manos. Yo todavía no he llegado, le dice. Tranquilo, le dice ella, ya vas a llegar. Espérame un rato, dice, y sigue masajeando ...
    ... con sus manos el miembro de aquel, que parece no descansar.
    
    Pasan unos minutos y ella, abriendo sus piernas le dice, bueno, dale hasta que te vengas. Y él, envalentonado con esa invitación, procede a colocarse encima de ella, penetrarla y empezar a bombear. Ella, sin pasar mucho tiempo, empieza a gemir de nuevo. Mamita, sabes qué, déjame venirme penetrándote desde atrás, ¿sí? Dale, dice ella, acomodándose en posición de perrito. Camilo, entonces, se acomoda detrás de ella, la penetra y le pide que junte sus piernas, y ella así lo hace. El, ahora, acelera las embestidas y masajea sus senos desde atrás, procurando llegar a su clímax y descargar todo su contenido.
    
    Poco después, sin dejar de bombear, se nota que va llegando el momento y, al hacerlo, saca su miembro de la vagina de mi esposa y riega su contenido en su espalda, que queda salpicada con el viscoso y lechoso líquido que estuvo guardado en el interior de aquel. Camilo le pide a ella que se voltee y le regale una última caricia con su boca, y ella, complaciente lo hace, llevándose aquel miembro aún erecto a su boca, limpiándolos restos de semen que aun gotean en la punta del glande. Una vez lo hace, Camilo la besa delicadamente y por un eterno rato. Su miembro ya ha descansado y la luz del día ya se asoma por las ventanas de aquel cuarto. Ha sido una noche entretenida, inesperada, pero muy excitante.
    
    Bueno, ya es hora, digo yo. Creo que ya es suficiente ¿O, no? Yo si necesito descansar, dice mi esposa. Espero que ...
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