1. Y finalmente... ella y tu regalo (Segunda parte)


    Fecha: 11/06/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... si nada. —Encantado, es un placer.
    
    Y mi esposa, de manera nerviosa, tartamudeó un… —Mu… Mucho gusto, Silvia. —Quitando su mano rápidamente de la mía, esquivando por supuesto mirar mi cara.
    
    Vaya sorpresa me llevé. Ya estaba advertido por mi mujer, de que esta noche me devolvería la afrenta con su admirado jefe. ¿Pero porque tenían que haber venido aquí? Si este era nuestro sitio, donde acostumbrábamos venir los dos en plan de… ¡Enamorados!
    
    Martha, ya más desinhibida, recogió en su mano la mía y nos desplazamos bailando unos dos o tres pasos, para brindarles a ellos su espacio, su intimidad y a nosotros dos, nuestra… ¿Infidelidad compartida? ¡Puff! Un escalofrió me recorrió de pies a cabeza.
    
    Por eso es que “El Puertas” estaba tan extraño y Lara, muy nerviosa. Pero yo no era de armar trifulcas ni melodramas. Ya estaba al tanto de lo que mi mujer y su jefe habían planeado para esta noche. Solo que no debía ocurrir aquí, en un sitio donde nos conocían como pareja, por ser clientes desde hacía ya algún tiempo. «Hacerme un cornudo, pagándome con la misma moneda» según palabras de mi celosa esposa. Y menos que el hombre con quien pasaría la noche, se hiciera acompañar también de su esposa. A no ser que Martha les hubiese amargado la noche. O… ¿Era un trío, la dichosa terapia?
    
    «Ojo por ojo y diente por diente» Me había sentenciado ocho días atrás, cuando llegué pasada la medianoche a nuestro hogar y ella bien despierta y furiosa, los niños ya dormidos. Y como no sé ...
    ... mentir, le exploté la bomba de Hiroshima en su cara. A lo hecho pecho pensé, Silvia también tenía derecho a resarcir la ofensa, y más a sabiendas que su dichoso Jefecito le había estado comentando desde meses atrás, que estaba en vísperas de una separación. El viejo truco del despechado, caído en desgracia. Y ella picó.
    
    ¿Separación? Pero sería de las piernas de mi esposa, porque después de terminar de bailar dos canciones más de salsa y una de merengue, junto a Martha nos acercamos a la mesa y ellos dos estaban sentados muy juntos, demasiado bien posicionada una mano de su jefe, en el muslo derecho, muy por encima de la rodilla de mi mujer. Y ella sonriente, con su vaso casi vacío de amarillo licor, que hasta donde yo sabía, el whiskey, no era que le agradara mucho. «Todo cambia, siempre hay una primera vez» Y se me removía el estómago, de solo imaginar si sería esa noche la vez primera o por el contrario, la continuación de algún desliz pasado.
    
    Silvia prefería como yo, un aguardiente Néctar, ron Bacardí o cerveza rubia y fría. Y me fijé también en su cambio su look, peinado nuevo y ropa nueva. Blusa rosa con transparencias, minifalda de cuero magenta, medias veladas de color humo y zapatos negros altos, de tacón dorado y afilado. Todo nuevo, como ella misma. ¡Diferente y distante!
    
    —¡Hugo! No sabía que te gustara el vallenato. Mira que no lo haces tan mal, ¡Jajaja! —Le dijo Martha a su esposo, con una sonrisa algo fingida, tan pronto como nos acomodamos los dos, en las ...
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