Y finalmente... ella y tu regalo (Segunda parte)
Fecha: 11/06/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... sillas al otro lado de la mesa. —¡Será el ambiente, cariño! —Contestó Hugo sin apartar la mirada del rostro de mi esposa. Y mi mujer le sonreía coqueta.
—Si es probable. Eso o que la pareja de baile te estimula a soltarte y te llama la atención, ¡poderosamente! —Terminó Martha por aclarar para luego tomar un vaso corto y grueso, vertiendo en el dos cubitos de hielo y un poco de la botella del whiskey escocés, para ofrecérmelo, no sin antes probarlo ella un poco, dejando la huella de sus labios, impresos en el borde. Me estaba… ¿Incitando?
Le agradecí la bebida y nos pusimos a charlar desprevenidos de cosas banales, el tiempo que llevaba ella sin bailar, las canciones que a ella le agradaban y yo, de soslayo, no perdía detalle de los gestos, La mano de Hugo, acariciando su mejilla algunas veces, demasiadas para mi gusto, y otras veces, movimientos de sus manos por debajo de la mesa.
Todo avivado con las sonrisas coquetas y carcajadas que se me antojaban exageradas, de mi mujer y que su jefe le celebraba, mientras él se acercaba cada vez más a su oído para comentarle algo. Y Martha, haciéndose la desentendida.
La situación, con el tiempo y el alcohol, se tornaba cada vez más relajada entre los cuatro. Martha, risueña y yo encantado con su compañía, por su renovada efusividad, a lo nuestro. Mi esposa y su jefe, en lo suyo. Miradas morbosas, sonrisas amplias que resguardaban sus deseos, una boca que planta un beso en su lozana mejilla, muy cerca de la comisura de sus ...
... labios. Y mi corazón bombeando sangre hasta mis palpitantes sienes.
Hasta que de improviso se acercó “El Puertas”, por el costado donde se sentaba Hugo y algo le dijo, que no alcancé a escuchar. Con un gesto de su mano, el esposo de Martha le indicó algo y de inmediato Alberto se alejó de nuevo hacia la salida del bar, no sin antes echarme una mirada de confusión.
Al instante ingresó al local un hombre alto y fornido, con un sombrero de vaquero puesto, cazadora de cuero mostaza, de las mangas pendían largas tiras de cuero. Camisa a cuadros abierta unos tres botones y un jean descolorido, adornado por un cinturón de cuero con una gran hebilla, en la cual se visualizaba un gran toro astado.
¿Premonición? O ¿Nuevo mensaje del destino? Al atuendo del salvaje oeste, lo complementaban sus botas texanas de cuero de serpiente.
De inmediato al verlo, Martha se puso en pie y lo saludó, con dos besos en las mejillas. El hombre, la abrazó y quitándose el sombrero, dejó ver su corte de cabello casi rapado y una rubia coleta que descendía unos cuantos centímetros desde su nuca. Sin dejar de abrazar a Martha por la cintura, se acercó a Hugo, quien ya de pie, lo saludó sonriente dando una suave palmada en su espalda. Luego este “Lobo solitario” se detuvo ante mi mujer, mirándola morbosamente, de arriba hacia abajo. Inclinándose también le dio dos besos en cada mejilla, para después reparar en mí. Observé la reacción de Hugo, y se me antojó algo timorato. No sonreía como antes, se ...