Y finalmente... ella y tu regalo (Segunda parte)
Fecha: 11/06/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... encontraba muy nervioso. ¿Debido al nuevo invitado?
Martha me presenta a su fornido amigo y este me deja en claro lo fuerte que es, al estrechar mi mano al saludarlo. Su nombre es David, seguido del apellido Mac Allister. Lo dijo también en un español enredado, aunque por su “pinta”, claramente demostraba ser un doble de Chuck Norris, pero con “colita de caballo”.
Inicialmente noté cierto azoramiento en la compostura de Martha, y embelesamiento en los ojos de mi mujer. El gringo le había gustado. Pero Hugo atrae su atención, pasando un brazo por detrás de su espalda, rodeándola, como protegiéndola. David no se corta, toma asiento al lado de mi esposa. El mismo se sirve el trago, puro sin agua ni cubitos de hielo. Y mira con ojos ansiosos a las dos mujeres. ¡Puff! A este recién llegado, no me lo esperaba. Y tampoco mi amiga Lara, que pasaba por el lado mío, sirviendo copas a una mesa vecina y mientras colocaba las bebidas sobre la mesa contigua, miraba a Silvia y luego a mí, con suspicacia. ¿Intrigada?
El texano resulto ser un buen charlatán. Enredado y todo, contaba graciosas anécdotas al principio y luego fue variando su repertorio hasta tocar temas sexuales. ¡Ufanándose de sus conquistas! Mientras lo hacía iba llenando los vasos y de paso, de manera confianzuda, se acercaba demasiado hacia la oreja de mi esposa, susurrándole alguna morbosidad pues yo veía como Silvia abría los ojos, pero a la vez, ella se sonrojaba por el libidinoso comentario y le mostraba alegre ...
... su sonrisa, celebrándole sus payasadas. Y no, no me miraba.
Entre tanto, Martha a mi lado, también intervenía en los comentarios, algo acerca de unos contratos petroleros y chismes varios de oficina, como siempre el tema recaía en unas amigas de ella, que al parecer el gringo también ya conocía. Y yo en silencio, sin intervenir en esos ajenos temas, bebiendo cortos sorbos de aquel escocés, que el americano me ofrecía, sin agua y sin cubitos de hielo, pero que diligentemente, Martha había subsanado al instante, regalándome una sonrisa, y adornándola con un atractivo guiño.
Silvia mencionó la urgencia de ir al baño, y yo les comenté que de igual forma, aprovecharía para salir a fumar, y me puse en pie también. Pero recordé que los míos, estaban dentro de mi chaqueta. Me acerqué a la barra donde en esos instantes atendía “El Juli”, lo saludé y pregunté por Lara. “El Juli” con solo torcer su boca, me indicó el lugar, pero Lara estaba ocupada conversando con dos mujeres cerca a la salida. Me asomé entonces un poco hacia el pasillo que conducía a los baños…
Silvia estaba allí dentro, pensé en hablar con ella cuando saliera y reclamarle por este sorpresivo encuentro. Pero cuando me encaminaba hacia allí, se me adelantó Hugo y se encontró con mi esposa, justo cuando ella abría la puerta. Me hice el disimulado y pedí permiso para pasar al interior del baño. Muy caballeroso y gentil, Hugo me cedió su lugar y tuve que entrar y ajustar la puerta. ¡Y directo a… pegar la oreja a ...