1. Un accidente erótico


    Fecha: 26/06/2022, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... caer en mis pies. Tenía tiempo de no ver esa cantidad de esperma… regularmente no uso condones. Lena se bañó primero y luego proseguí yo a bañarme.
    
    Unos 30 minutos después estábamos iniciando una nueva faena. Me puse el condón y le dije que se pusiera como ella quisiera. Ella se puso a la orilla de la cama en la misma posición que me había hecho acabar y resumimos la acción con un vaivén y con esporádicas embestidas violentas o más lentas, mientras con mi dedo pulgar comencé a masajear el ojete de Lena una vez más. Parecía que lo disfrutaba, aunque se hacía la que no participaba. A mis 34 años, a esa edad es donde creo estuvo el pico de mi sexualidad. Recuerdo esos maratones de ocho palos en un día, donde uno se recupera en poco tiempo y que ha aprendido a sostener la eyaculación para que esa pareja disfrute la intensidad del sexo. Quizá Lena nunca había experimentado a un hombre cogiéndola en cuatro y que pasara cinco, diez, quince o mucho menos 20 minutos dándole y taladrándole su conchita constantemente. La mayoría de los jóvenes de su edad, si llegan a cinco sin acabar, es un gran logro y si llegan a los diez es un milagro. Quizá sea más viable después del quinto o sexto palo para no tener ya esa urgencia. Lena después de un entra y sale de veinte minutos comienza a participar de los movimientos y se lleva dos almohadas acomodando su pecho por sobre ellas. Creo que esa curvatura de su cuerpo permite que por el ángulo de mi verga choque y estimule ese punto G. Mueve ...
    ... su trasero, pero me saca de mi ritmo, pero ella me pide que no pare. Continúo con mi taladrar y acelero las embestidas. La cama rechina, se escucha el golpeteo de sus nalgas con mi pelvis, la cama choca con la pared elevando los decibeles del ambiente y ahora Lena gime y se va contra la cama y yo me voy con ella y no dejo de taladrar y su cuerpo tiembla… está viviendo un orgasmo descomunal y solo me dice algo que sonó a risa mezclada con llanto: ¡Carajo, me hiciste acabar otra vez! -Yo continué pompeando esa conchita hasta que mis testículos se encogieron y lanzaron una escupida de placer. Realmente estuvo rico, pues que me podía esperar después de dos semanas sin coger.
    
    Nos fuimos a bañar nuevamente, aunque no lo hacíamos juntos. Cuando salí le pedí que me la mamara de nuevo. Solamente en ese estado pasivo logró meterse toda mi verga a su boca por unos segundos, pues en un de repente tomó de nuevo grosor y una buen erección. Le dije que se pusiera por sobre su estómago y comencé de nuevo a invadirle el culo con mi lengua. Estoy seguro de que lo disfrutaba pues, aunque no gemía o no lo demostraba, su conchita se mojaba abundantemente. Le comí el culo por unos veinte minutos y luego la hice que se acostara a la par mía de lado, ella en frente de mí. Con mi mano dirigí mi glande a la entrada prohibida y ella se alejó diciendo:
    
    -¿Qué piensas hacer? La puerta trasera es solo para salida. – me dijo.
    
    -Te aseguro que tú entras y sales por la puerta trasera de tu casa. Es ...
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