Amor y fidelidad hasta que los cuernos nos separen
Fecha: 12/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... esperar a que remita.
Detrás de ella sale un alumno suyo que la anima a llevarla con el paraguas hasta su coche y de él a la parada, y en vista de sus escasas opciones, decide aceptar.
Santi es un buen alumno, jovial, extrovertido y educado. Tiene veinticuatro años y lo ha tenido en sus clases durante dos trimestres, uno el año anterior y otro el actual. Aparte de esas virtudes, es un chico atractivo a quien se le suele ver habitualmente con alguna alumna revoloteando a su alrededor.
El paraguas no es muy grande, por lo que Santi coge a Sonia del hombro para que se arrime lo máximo posible a él, de tal manera que se mojen lo mínimo hasta que lleguen a su coche. Al llegar le abre la puerta y Sonia entra, y en unos segundos Santi ya está sentado en el asiento del conductor.
Cuando llegan a la parada del metro, ella le agradece el detalle de llevarla y él le ofrece llevarla hasta su casa y, pensando que se ahorra diez paradas en las que posiblemente tenga que ir de pie entre empujones y codazos, acepta gustosa, es más, al señalarle la ubicación de su casa, coincide en que viven relativamente cerca. Al llegar a la portería de su finca, muy amablemente, Sonia vuelve a darle las gracias por ser tan cortés y sale del vehículo intentando mojarse lo mínimo, coge su abrigo y su maletín, saca sus llaves como puede del bolso y ante la incomodidad, se le caen por la rejilla del alcantarillado.
Ahora tendrá que esperar durante horas hasta que venga Alberto de viaje, quizás ...
... tres, quizás cuatro, si no son más, de manera que Santi se ofrece a que espere en su apartamento hasta que regrese. Es un apartamento compartido con otro compañero que cursa empresariales, pero últimamente no está pasando las noches allí porque se queda en el de su novia, por tanto, a Santi le viene de perlas, ya que tiene muy buen feeling con su profesora de historia del arte y se encuentra muy a gusto a su lado.
Por el contrario, Sonia piensa por un momento que aquello es un error y que no debería ir al apartamento de un alumno, ni siquiera en unas circunstancias como aquellas, aunque… —¡Qué demonios! ¿Por qué no he de ir?— Se pregunta. —No hay nada de malo en ello. ¿Qué he de hacer, esperar en una cafetería hasta que vuelva mi marido no se sabe cuándo?— Y ante la respuesta evidente decide aceptar. Así pues, Santi dirige su automóvil hasta su apartamento.
Sonia se percata al instante de que no se esperaba ninguna visita ese día, dado que el desorden en todas las estancias así lo confirma. Santi se disculpa por la batalla campal que parece haber tenido lugar allí, pero ella piensa que es normal en un estudiante que su vivienda parezca un auténtico caos. Rápidamente quita la ropa sucia y algunos cachivaches que molestan y le ofrece algo de beber.
—Un café está bien —señala.
Sonia está sentada en el sofá con las manos entre sus muslos evidenciando sin querer su timidez y parece una adolescente en su primera cita a solas con un chico. Santi está sentado al otro lado ...