1. Lucía (Cap. II): Lucía estaba en sus días


    Fecha: 20/07/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Manuman, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuarto y yo la obedecí. Sentado en el colchón, comencé a escuchar cómo ella rebuscaba en el interior del clóset. Luego, supe que se estaba quitando la ropa.
    
    -Es una pena que me haya llegado mi periodo justamente hoy. Pero eso no quiere decir que no te haré disfrutar- Sentenció y luego de unos pocos minutos de espera, me pidió que abriera los ojos.
    
    Entonces ví a Lucía mostrando toda su belleza, ataviada con un sensualísimo “baby-doll” de encaje y seda. Una pieza de lencería que ni mandada a hacer para destacar sus largos y torneados muslos, por estar hecho de modo que el borde tan solo alcanzaba a cubrir el triangulito de la tanga que llevaba, en la que sobresalía el borde blanco de su toalla femenina. La prenda tenía un tajo a un costado, que en cualquier momento me haría perder la razón. Los espectaculares pechos de Lucía no podrían verse más perfectos, apretándose uno contra el otro por el escote de encaje, que sostenido de sus finos hombros por dos delgados tirantes, dejaba adivinar las aureolas de sus pezones. Pero sin duda, lo que le daba un toque aún más excitante al asunto, era el detalle con delgados cordones, que dibujando equis por los costados del talle de Lucía, hacían de su cintura un verdadero milagro de tan delgadita que se notaba.
    
    Lucía había atado su cabello en una coleta a la altura de su nuca, lo que hacía verla en verdad preciosa. Se acercó a donde yo estaba, pasmado ante tal hermosura. Se arrodilló delante de mí y como si de una modelo ...
    ... profesional se tratara, me regocijó posando con su más cachonda sonrisa, desabrochando mi cinturón, al tiempo que me dejaba contemplar la línea que dibujaban sus tetas, de una forma tan irresistible, que no pude evitar llevar mis manos a tan glorioso lugar, amasándolas, estrujado, hasta que Lucía sacó mi miembro del pantalón y sin dejar de verme a los ojos, con esa expresión cachonda, acomodó mi verga erecta entre las deliciosas masas de sus pechos para masturbarme.
    
    Luego de un rato, me llevó a recostarme en la cama. Lucía abrió sus maravillosas piernas para montarse y comenzar a frotar su vulva en mi pene. Me sujetó de las manos y se inclinó para que la besara todo lo que quisiera.
    
    Al parecer no fui el único que se calentó de forma demencial con los atascados besos de lengua que nos dimos, y con la fricción de nuestros sexos, separados a penas por la tela de la tanga y la toalla íntima, pues en un momento, Lucía comenzó a dejar escapar unos excitantes gemiditos mientras yo le comía la boca de una forma casi obscena.
    
    -¿Por qué no te quitamos esto y me dejas penetrarte como dios manda?- Le pregunté, jugando con el hilo de su tanga, haciéndolo descender sobre la piel de sus firmes glúteos.
    
    -¿No te da asco?- Me preguntó, sin dejar de moverse sobre mí –Está saliéndome mucho… Así es mi primer día. Siempre que me baja…
    
    -Sólo quítate esto- La interrumpí, deslizándole la tanga hasta la mitad de sus muslos.
    
    La primera vez que cogimos, estando en la oficina, Lucía me había ...