Lucía (Cap. II): Lucía estaba en sus días
Fecha: 20/07/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Manuman, Fuente: CuentoRelatos
... autosatisfacción.
Filemón pareció no escucharme -¿Qué te parece el “material?- Me preguntó, con toda malicia, tallándose la verga con desenfado.
-Vas a borrar esa madre, ¡Pero ya!- Amenacé a Filemón.
¿O qué… Manolo? ¿O qué?- Me respondió de vuelta, en tono retador.
La verdad es que tuve miedo de lo que ese pendejo pudiera hacer con el video, así que traté de calmarme y solamente atiné a preguntarle cuántas copias tenía.
-Solo una. La que tengo aquí en mi teléfono.- Respondió el guardia, sonriendo satisfecho –Cambié la cinta de las cámaras justo después que tú y Lucía se fueron anoche. Guardé la evidencia en mi celular y borré una hora de video más o menos. Ya sabes, gajes del oficio. Además es lo que haría cualquier amigo por otro ¿O no?
Miré fijamente al viejo, queriendo adivinar si lo que me decía era verdad. -¿Cuánto quieres por el video?- Me decidí a preguntarle.
-Mira, Manolo. Me lo he estado pensando mucho- Aseguró Filemón, como si en realidad hubiese estado cavilando sobre el asunto –Y he llegado a la conclusión de que este material no tiene precio.
-¡Dime cuánto quieres por el puto video, chingada madre!- Le exigí, completamente fuera de mí.
-No te ofusques, Manolo. Somos amigo ¿O a poco no? Yo haría lo que sea por ti… y por Lucy- Me aseguró Filemón, de forma burlona y dejando su asiento para acompañarme hasta la puerta, como lo haría en cualquier día de trabajo. –La neta, Manolito, es que no hay dinero que pague lo que pasó anoche ¿No ...
... crees?- Dijo el guarda, burlándose de mí cuando le dije la cantidad que estaba dispuesto a darle –Pero hay un favorcito que puedes hacerme- Filemón pasó su mano sobre mi hombro, supongo que para disimular ante las cámaras del vestíbulo que estaba casi forzándome a salir. –Puede ser que convenzas a Lucy de dejarme ocupar tu lugar- Soltó el guardia. –Solo una vez ¿Qué dices? ¿Puedes hablar con ella?- Jamás hubiera pensado que Filemón pudiera ser tan hijo de puta –Tienes hasta mañana, antes de que termine mi turno para darme buenas noticias, Manolo. No vaya a ser que mi material termine en internet, o en las manos del jefe Damián o el licenciado Orozco- Sentenció Filemón, aludiendo a mi jefe directo y al dueño de la compañía.
La aseveración del vigilante me dejó sin palabras. No podía creer que Filemón fuera capaz de tal chantaje ¡Eso solo pasa en las películas porno! ¿O no?
Repasé en mi mente todas las posibilidades que pude imaginar, buscando una salida, pero no encontré alguna solución. Por supuesto que jamás le pediría algo semejante a Lucía, no solo porque ella se negaría rotundamente a formar parte del grotesco plan de Filemón, sino porque podía estar seguro de que la perdería para siempre. El vigilante me tomó del brazo, decidido a sacarme del edificio: –Yo también quisiera recibir unos sentoncitos de Lucía, de esos tan ricos que se dio anoche contigo.
Quise matar a golpes a Filemón. Supongo que él lo sabía, porque noté que empuñaba el mango de su pistola de descargas ...