Lucía (Cap. II): Lucía estaba en sus días
Fecha: 20/07/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Manuman, Fuente: CuentoRelatos
... lamiendo de forma ardiente mi boca. –Pero estoy en mis días y puedo ensuciar las vestiduras del coche- Completó, riendo.
-No me importaría ¿Sabes?- Le aseguré, queriendo probar mi suerte.
-Mejor relájate y déjame complacerte. Después de todo, te debo el oral que me hiciste anoche- Respondió, con tono coqueto, para al instante siguiente, volver a bajar su cabeza y seguir con la riquísima mamada que me estaba dando.
Mientras Lucía me deleitaba con la fricción de sus labios en mi verga y la suavidad de su lengua paseando por mis bolas, pensé que Filemón podía irse a la mierda con todo y su video. Lucía era mía ahora y ningún chantaje pendejo, por comprometedor que fuese, me haría poner en riesgo lo que había comenzado a surgir entre Lucía y yo. Ya encontraría la manera de salir, ya habría tiempo de pensar en todo eso, Me dispuse a disfrutar lo que la hábil boca de Lucía continuó haciendo, mamando mi verga de una forma deliciosa, hasta tenerme a punto de eyacular. Sujeté entonces la oscura cabellera de esa lindura, que se veía incluso más bella con mi verga llenándole los labios. Empujé la cabeza de Lucía para clavar su boca hasta el fondo cuando sentí que me venía y ella no solo no se inmutó, sino que comenzó a frotar la parte de debajo de mi miembro con su lengua, de una manera infernal, hasta que su saliva, que escurría desde hace rato por mis ingles, se vio acompañada por mi semen, lo que llevó a Lucía a sorber ruidosamente, como si tratara de tragar lo más ...
... posible.
Llegamos a la casa de Lucía una media hora después de que me sacara hasta la última gota de leche con esa mamada de locura que me había hecho. Al abrir la puerta nos encontramos en la sala con Mary, la linda hija de Lucía, acodada pecho tierra en un tapete, delante del televisor. A pesar de ser una chiquilla todavía, se notaba que la hija había heredado la preciosa genética de Lucía, pues era fácil ver que faltaba muy poco para que sus curvas florecieran, magníficas como las de su madre.
Mary nos vio entrar sin dejar de masticar el bocado de palomitas de maíz que tenía en la boca. Me sonrió al saludarme. Sin duda, encontrarme dos veces el mismo día en su casa hizo que intercambiara una mirada de complicidad con Lucía, quien al momento, me invitó a pasar hasta la cocina, donde me acomodé en un banco cercano a la barra, justo en el mismo instante en que sonó el timbre, anunciando que el padre de María había llegado para llevársela.
Cuando la bonita muchacha se acercó para despedirse, pude apreciar cuánto se parecía a Lucía, solo que claro, unos 20 años más jovencita y con el cabello lacio y castaño, en lugar de la oscura y ondulada melena que acentuaba el atractivo de mi nueva y sensual novia.
Lucia sirvió un par de copas de vino, que bebimos mientras esperábamos a que llegaran con la pizza que habíamos pedido. Sentados cada quien a un lado de la barra de la cocina, charlamos durante un largo y agradable rato, que se vio interrumpido solamente por las insistentes ...