1. Mar rojo


    Fecha: 26/07/2022, Categorías: Primera Vez Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... falta que lo pidiese. Sabía lo que sucedería, y esta vez no me acobardaría por mucho que me doliera, quizá nunca tendría una mejor oportunidad.
    
    Decidida, me armé de valor y me acomode para que su enorme follón quedara entre mis piernas ayudándome con las olas del mar, mientras pendía de su cuello cual collar. Y ahí, me clavé en su tranca. Sin embargo no pude. Tan solo restregaba su enorme cabeza en mi pequeña conchita, sin lograr que entrase ni un poquito.
    
    Pero estaba decidida. Quería saber que se sentía tener ese descomunal miembro dentro de mí. Lo había visto muchas veces en videos porno, y me excitaba mucho. Entonces bajé una de mis manos hasta mi vagina, y me abrí mis tiernos labios, logrando que su glande se deslizara tan solo un poco más.
    
    Sabía que lo conseguiría, en verdad quería hacerlo así aunque fuese milímetro a milímetro. Meneaba las caderas al rimo de las olas, embarrándome su glande en mi pequeña almejita dilatándola poco a poco, abriéndole paso al grueso y largo falo de mi padrastro.
    
    Pero en ese momento, completamente excitado y loco, mi papi me empujaba sus cadera, embistiendo su tosco miembro con violencia dentro, mientras me sujetaba fuertemente por la cintura con sus bestiales manos, sin dejarme hacer nada para evitar que me penetrará profundamente, desgarrando mi virgen oquedad con brutalidad, produciéndome el peor dolor que he experimentado jamás en la vida.
    
    Me dolió tanto que me arrepentí de todo. Ya no quería más. Quería salir huyendo ...
    ... de nuevo, sin importarme parecer una cobarde. –Ya. Para. Detente. Por favor. ¡YA! –Le suplicaba con lágrimas en los ojos, intentando con desesperación empujarlo para alejarlo de mí y sacarle su grotesco falo de mi desquebrajada colita.
    
    Pero no se apartaba, ahora era caza de sus enromes brazos que me afianzaban firmemente por mi delgada cintura, rodeándola casi por completo, regresándome a su enorme tranca cada vez que intentaba desacoplarme de ella, produciendo un vaivén que se enfatizaba con las embestidas del mar.
    
    Yo estaba totalmente destruida y sumisa ante él, sintiendo con extremo dolor su entrometida polla empujando cada vez más profundo en mi estrecha cosita ultrajada. Siendo penetrada sin piedad por mi musculoso padrastro. Arrancándome dolosos alaridos. Bañada en llanto, ahora gimoteando desconsolada abrazada a su cuello, resignada a mi martirio. Sollozándole a su oído. –No. Ya no. (Sollozo) -Para. (Gimoteo) Por favor. –Le suplicaba inútilmente.
    
    Lo que en un inicio tanto aclamaba, ahora no le veía el fin. Solo quería que terminara aquella tortura. Renunciada, relajaba mi cuerpo, dejando que la marea y los fuertes brazos de mi padrastro me estrecharan a él, sintiendo con desgarrador sufrimiento como su engrandecida tranca me violaba más y más profundo, obligando a mi pequeña cavidad a dilatarse de sobremanera para darle cabida.
    
    Y no podía más, estaba sufriendo como nunca. Cerré los ojos y me concentré en satisfacer a mi padrastro, a ese hombre que tanto ...
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