1. Irina, la rusa


    Fecha: 28/07/2022, Categorías: Hetero Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos

    ... está, ya se fue, no se preocupe señorita. No la voy a dejar sola. La acompañaré hasta donde me pida, hasta su casa si quiere”, le dijo mientras le tocó suavemente uno de sus hombros. Y eso fue lo que hizo. Al día siguiente Irina fue con su padre y su tío a hacer la denuncia en la comisaría.
    
    Como bien se mencionó anteriormente, Irina era y es, una mujer incapaz de sentir deseo impúdico alguno, condición que era una verdadera ventaja en ciertos aspectos de su vida, y una horrible maldición en otros, especialmente durante su juventud. No le molestaba que la tocasen, pero sólo si no se lo hacían con intenciones de llevarla a realizar prácticas de esa naturaleza. Sí podía disfrutar de la compañía de un hombre, además quería formar una familia y sentía fuertes temores hacia la soledad, pero no quería un varón para tener relaciones de ese tipo. Nunca los quiso para eso.
    
    Cosa que le trajo grandes problemas a todas sus relaciones amorosas. Una vez, una de sus ex parejas quiso que le hiciera una felación, y ésta se lo hizo, pero al rato terminó devolviendo todo lo que había cenado horas antes. Su último ex novio, que era celoso hasta de su propia sombra, le hacía a la incomprendida Irina un auténtico teatro griego. Creía que le era infiel. En el peor de los casos, éste le decía cosas hirientes haciendo referencia a su ascendencia judía, ya que ésta lo era por vía materna, razón principal por la cual lo terminó dejando.
    
    Durante la mayor parte de su matrimonio, Mamani sólo pudo ...
    ... hacerle el amor a ella a través de sus creaciones literarias. Solía tener carpetas enteras con borradores de papel que guardaba como si fueran fragmentos de oro en un paño. Tuvo que conformarse con crear erotismo a través de sus letras, en los que su casi idolatrada pelirroja era la principal protagonista, con eso más o menos mitigaba un poco sus deseos carnales. Un ejemplo de ello es el siguiente párrafo:
    
    “Irina, qué lástima que no sepa escribir poesía, así te dedicaría las palabras más bonitas del idioma español, usando como real inspiración tus emociones al descubierto. Tu tierno cabello, hambriento de besos y caricias. Tus ojos refulgentes y llenos de humanidad. Tus mejillas demandantes de cariño. Tu boca entusiasmada. Tu lengua traviesa, buscadora de un buen cómplice. Tu mentón pidiendo suavidad. Tu cuello y tus hombros arropados únicamente por el aire. Tus brazos queriendo rodearme. Tus pechos vestidos por la nada misma, suplicantes de unas buenas manos inquietas y una buena boca de hombre. Tus pezones resaltantes como la luz que emiten los lampíridos y jactanciosos de su estado. Tu ombligo expectante. Tu vientre, ansioso de sentir ese calor excepcional desde adentro. Tu espalda que ruega por una temperatura más cálida. Tus posaderas que apetecen de ardientes embestidas. Tu húmeda y a la vez sedienta entrepierna, tapada exclusivamente por el aire, deseosa de tener todas las agradables sensaciones posibles, y que ya se cansó de jugar monopólicamente con tus dedos. Tus ...
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