1. Ana 7: cogiendo con desconocidos


    Fecha: 10/06/2018, Categorías: Gays Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... abarca toda la cama. Apunta el pene hacía arriba ayudándose con la mano.
    
    Ana va por ese mástil venoso. Se tira arriba de Juanpi. Besa su pecho, durísimo.
    
    —Que fuerte estás — le dice como ronroneando.
    
    —Vos sos hermosa rubia. — le dice él acariciándole los pezones.
    
    Ella vuelve a besarlo en el pecho, y baja hasta las abdominales también duras. Se mete el miembro a la boca, lo masajea con la lengua, pero sólo un rato, porque ya quiere ser ensartada. Saca unos de los preservativos que había comprado y se lo pone mientras lo pajea. Se para sobre el colchón, y va flexionando las piernas, bajando despacio, para que su sexo empapado se encuentre con la lanza carnosa. Se la introduce despacio, saboreando cada milímetro que su cuerpo es invadido, gimiendo de placer cada vez que la penetración avanza. Finalmente se traga la pija por completo. Comienza a hamacarse. Juanpi le estruja las tetas mientras ve el rostro hermoso con el pelo suelto que le cae a los costados. Ana tiene una sonrisa de placer que lo hace endurecerse aún más.
    
    Maxi escucha los chirridos de los elásticos de la cama. Está muy excitado. La idea de turnarse ya no le parece buena. Para colmo, apenas pasaron diez minutos de que entraron al cuarto. No aguanta, se arriesga a dejar el quiosco desatendido y va con su amigo y Ana.
    
    Los encuentra gimiendo, susurrándose palabras. Ana está arriba y parece dominar la situación, se hamaca a su gusto, le muerde los pezones y le besa el cuello, mientras él, solo se ...
    ... conforma con estrujarle las tetas mientras la penetra. Parecen no haber notado su presencia, pero al rato Ana gira, sin sacarse la verga de adentro, con aquel gesto de placer que sólo tienen las mujeres cuando son bien cogidas.
    
    —Vení rubio, unite a la fiesta. ¿O no me digas que en villa devoto no hacen el culo?
    
    Entonces Ana se inclina y se abraza a Juanpi, que la agarra de las caderas y comienza a penetrarla con estocadas cortas y rápidas. El culo de Ana quedó en la posición ideal para ser penetrada. Maxi se desviste rápidamente, agarra la caja de profilácticos, y se pone uno. Se sube a la cama de un salto. Ana hace movimientos más lentos para que pueda ensartarla con facilidad. Él se apoya en el culo y apunta su glande al ano. Lo mete con cierta brusquedad.
    
    —Ay!! — grita Ana de dolor.
    
    —Perdón — dice él.
    
    —Cállate y metémela. — le ordena ella.
    
    Ahora se la mete más despacio, pero avanza sin detenerse, hasta que la mitad del miembro está adentro de ella. Entonces Juanpi vuelve con sus penetraciones rápidas. Ana siente la doble dureza dentro de ella. Ambos la cogen, cada cual a su manera, con pericia: Juanpi lo hace al ritmo en que los hombres clavan un clavo, mientras que Maxi la penetra como si de un taladro se tratara, avanzando, lento, pero implacable.
    
    Ana acaba en seguida, se abraza a Juanpi mientras suelta un grito desgarrador, como si la estuviesen matando, sus músculos se contraen y ambos hombres sienten la fuerza del pequeño cuerpo que tienen entre ...
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