1. Hubo que asistirlo para que se follara a mi mujer


    Fecha: 05/08/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... conversando, así que le insinuaba a ella que concretara lo que íbamos a hacer y procediéramos en consecuencia, porque el tiempo pasaba volando. El volumen de la música en aquel lugar estaba bastante alto y no podía escuchar muy bien lo que hablaban. Mi esposa estaba en medio de los dos, pero ella estaba más atenta de aquel, y por lo tanto yo quedaba fuera de su conversación en muchos momentos.
    
    De un momento a otro, mi esposa me dijo que Héctor nos invitaba a conocer un sitio especial de la ciudad, muy concurrido en la noche, donde se especializan en bailar salsa. A mí la idea no me agradó mucho, porque significaba aplazar el encuentro sexual para más tarde, pero ella, que le encanta bailar, encontraba tentadora la propuesta y de inmediato aceptó. Así que abandonamos aquel lugar y nos dirigimos al nuevo destino.
    
    Llegamos a una amplia discoteca, muy oscura, y tal vez ideal para que entre ellos dos surgiera el morbo necesario para que se animaran a retozar sexualmente. Al menos así lo pensé yo. Pero con el paso del tiempo me di cuenta que ellos se dedicaron a bailar y dudo que hayan hablado de algo, porque el volumen de la música era tan alto, que prácticamente era imposible hablar en aquellas circunstancias. Además, que, al ritmo de la salsa, resulta un poco iluso pretender que las personas junten sus cuerpos, eleven su excitación y les nazca follar. Aquello prácticamente era hacer ejercicio, como en una clase de gimnasia.
    
    De cuando en vez, descansaban un rato, se ...
    ... acercaban a la mesa a tomar algo, algo hablaban, pero nuevamente volvían a la pista de baile y continuaban con su diversión. Yo les observaba desde lejos, tratando de ver si aquel muchacho intentaba acariciar a mi esposa o hacer algo que sugiriera más aproximación e intimidad entre ambos, pero no era así. No había nada de eso. Se divertían bailando simplemente. Y ella, encantada practicando sus pasos de baile sus piruetas y sus rutinas, parecía no estar interesada en algo más.
    
    Ya eran las doce de la noche cuando, en un intermedio, le dije a mi esposa. Oye, ¿no crees que ya está bien de baile? La idea era venir a culearte a este muchacho, o es que ¿cambiaste de opinión? No, me dijo, es sólo que me he entretenido bailando y se ha pasado el tiempo. Bueno, le repliqué, si fuera con los otros muchachos con los que has estado, a esta hora ya te tendrán desnuda, y te habrían besuqueado, despelucado, acariciado y metido la verga. Me da la impresión de que este muchacho está esperando que tú des la pauta y si no sugieres nada, seguramente seguirá de pareja de baile toda la noche. Bueno, voy a ver, me dijo.
    
    Poco antes de la una de la mañana, ella me dijo que nos fuéramos para el hotel, y que Héctor nos iba a acompañar. De manera que tomamos un taxi y nos dirigimos a nuestro hotel. En el trayecto solo se habló de la música tan pegajosa que habían escuchado y bailado, de lo entretenido que era aquel sitio, de los buenos bailarines que se veía entre la gente y cosas por el estilo, pero ...
«1234...7»