1. Mi madre y el macarra


    Fecha: 06/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Vengo aquí a narrar una experiencia que alteró mi vida. Pero debería presentarme antes. Me llamo Juan, tengo 20 años, soy hijo único y vivo en Valladolid. Actualmente estoy estudiando administración en la universidad. Mi padre se llama igual que yo (o mejor dicho yo me llamo igual que él), tiene 46 años y es contador. Los años sentado tras una computadora han hecho que se convierta en una de esas personas cuya profesión salta a la vista. Es delgado, pálido, con el mismo atuendo siempre: pantalones y camisa formal fajada.
    
    Mi madre se llama Verónica y tiene 44 años. Antes era secretaria en la misma empresa donde trabaja papá, ahora es ama de casa. Es de esa clase de mujeres que aparenta menos edad de la que tiene y el que vaya al gimnasio todas las mañanas le ayuda bastante. Bien podrían ponérsele diez años menos. Se ha mantenido esbelta, pero no tipo delgada anoréxica (o delgado oficinista como mi padre). Tiene bastante carne que agarrar, unos pechos bien formados copa C que aún llaman la atención y un bonito trasero redondo, sin ser desproporcionado, que hace que mi padre se malhumore cuando se pone vaqueros ajustados, debido a que atrae varias miradas e incluso recibe piropos. Ella tiene la piel bastante blanca, el pelo castaño hasta los hombros y ojos color miel que hacen juego con el cabello. Tiene rasgos bastante finos, con una naricilla respingada que fruncía cuando me regañaba por hacer alguna travesura. Pero luego vería que ahora era ella quien hacía las ...
    ... travesuras.
    
    Aunque quisiera brincar directamente a la situación que mencioné, tengo que retroceder un poco en el tiempo. Tenemos la suerte (mi padre opina lo contrario) de vivir a las afueras de la ciudad, en una de esas zonas dormitorio. Es cierto que hago más tiempo de traslado a la universidad, pero en cambio tenemos una casa grande y bonita en vez de un estrecho departamento con vecinos incómodos. Cuando era niño, me la pasaba en la calle jugando con los vecinos o los traía a casa.
    
    Teníamos un vecino, Francisco, que venía de una familia problemática. Era un año mayor que yo. Vivía a dos manzanas y sus padres siempre tenían problemas de dinero o estaban peleados. Su padre era alcohólico, los dejó para no volver cuando tenía diez años. Aunque su mamá es buena persona, trabajaba todo el día y no era muy lista, así que no pudo educarlos bien. Digo educarlos porque él tiene un hermano, creo que se llama Alejandro. Alejandro es 4 o 5 años mayor que Francisco y nunca tuvimos relaciones. Él se juntaba con chavos de su edad, no le importaban los juegos de niños con los que nos divertíamos nosotros.
    
    Francisco era el jefe del grupo. Era el más valiente, el más ágil y fuerte. Se pasaba todo el día en la calle, libre. Los demás lo envidiábamos; el andaba de acá para allá a todas horas y nosotros teníamos que quedarnos y terminar los deberes de la escuela antes de salir un rato. Después de unos meses de andar juntos, Francisco y yo nos hicimos buenos amigos. Jugábamos bastante por las ...
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