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Mi madre y el macarra
Fecha: 06/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pensé que fueras tan apasionada. Que cuerpo tienes, dios mío. - Gracias, papi. Espero que te la hayas pasado tan bien como yo. - Ya lo creo. Mañana es sábado. ¿Tendrás un rato sola? - Mi marido trabaja medio turno. Y Miguel se va a jugar fútbol a las diez. - Entonces nos vemos mañana. Vendré a las diez y media. Quiero que te vistas sexy para mí. ¿Está claro? - Como digas papi. Yo flipaba con lo que estaba oyendo. Pensaba que la ridiculez de “papi” y de hacer lo que el dijera eran solamente en el sexo. Pero allí estaba mi madre, concertando una cita con él. ¿Cómo era posible eso? Una mujer de cuarenta y tres años, obedeciendo a un chaval de diecinueve. Que acababa de salir de la cárcel, por cierto. - Ponte las bragas, anda. Sin limpiarte. Mamá le obedeció. Se puso la ropa interior sobre el coño lleno de la semilla de Francisco. - No te vas a limpiar hasta la noche. Quiero que traigas mi corrida dentro todo el día. - De acuerdo, papi. - También te depilaras totalmente. Me gusta ver los coñitos que reviento. - Sí papi. - Buena chica. Ven aquí monada. La sujetó con una mano de las mejillas, mirándola a los ojos por unos segundos. Luego, Francisco se despidió de ella dándole unos besos cariñosos, muy diferentes a su comportamiento en el ...
... sexo. Ella correspondía a los besos de su amante, agradecida por el placer que le había hecho experimentar y totalmente sumisa. Una vez que se aseguró de no dejar rincón alguno de la cavidad bucal de mamá sin explorar, se retiró de la casa. Ella se colocó el sujetador y se llevó las manos a las bragas. Pensé que iba a quitárselas para asearse. Pero ella se limitó a acomodárselas, sin limpiarse, obedeciendo la orden de su macho. Terminó de vestirse y abrió la ventana para que la sala se ventilara, ya que olía tremendamente a una mezcla de sexo y sudor. Luego se puso a hacer la comida mientras veía la televisión, canturreando alegremente. Una sonrisa le bailaba en los labios. ¿Qué carajos pasaba allí? Tuve que quedarme en el piso de arriba un rato más hasta después de que llegara mi padre. Ella lo saludó igual que siempre. Nadie diría que hace menos de una hora se estaba revolcando con el joven que habían contratado para hacer reparaciones. Aproveche un momento en que ambos se fueron al baño para apreciar el trabajo de Francisco para escabullirme de la casa. La cabeza me daba vueltas. Saqué el celular y escribí un mensaje para uno de mis amigos que iba a tomar todos los viernes, pidiéndole que me esperara antes de irse de fiesta. Ahora sí que necesitaba un buen viaje de alcohol.