1. Mi madre y el macarra


    Fecha: 06/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lamía los muslos, hasta parar cerca de la braga. Allí se detuvo, aspirando el aroma de la hembra. Con la otra mano hacía movimientos impacientes para desvestirse él también. Sin despegar el rostro de la entrepierna de mi madre, haciendo algunos movimientos casi acrobáticos se quitó botas, calcetines y pantalones. Ahora ambos estaban solamente en sus prendas interiores. Elevó el rostro, besando el suave abdomen y dándole un lametón al ombligo que hizo que mi madre se estremeciera.
    
    - Que delicia Verónica. Nos la vamos a pasar de puta madre tú y yo. Mira cómo me tienes, guapa.
    
    Francisco se incorporó levemente, dejando ver su entrepierna. Mi madre no contestó, pero tanto ella como yo podíamos ver como lo tenía. Dentro de los bóxeres grises de Francisco se apreciaba un bulto impresionante, semejante a un rodillo de cocina, que se torcía sobre la pierna derecha marcándose obscenamente. Tenía una mancha oscura por los líquidos preseminales. Pero no era el único húmedo. Pude observar que las bragas de mamá habían cambiado de su tonalidad azul celeste original a un azul oscuro, producto de los fluidos vaginales y de la saliva del joven.
    
    - Ahora, vamos a lo bueno. Vamos a ver que escondes tras esas braguitas.
    
    Francisco se arrodilló frente a mi madre y paseó las manos por encima de las piernas, lentamente. Ambos disfrutaban del tacto, ella se mordía los labios esperando el momento cumbre. Las manos invasoras llegaron hasta la cadera, donde tomaron la braga por los extremos ...
    ... y comenzaron el camino inverso. Sacó la prenda por los pies con delicadeza, bastante distinto a su rudeza anterior. Parecía impresionado por lo que estaba sucediendo. Contempló a la mujer que tenía frente a sí con devoción. Mi madre estaba sin ninguna prenda y abierta de piernas, sin preocuparse por cubrir su desnudez. Estaba excitada y se ofrecía al joven mientras se miraban atentamente a los ojos. Suspiraba agitadamente, provocando que los redondos pechos se movieran adelante y atrás. Tenía bastante vello en su zona íntima, no totalmente desarreglado, pero si era evidente que no cuidaba mucho la apariencia de aquella zona. A pesar de ello, los labios de la vulva destacaban, hinchados y la zona brillaba de fluidos, producto de la excitación. Desde mi posición alcancé a ver que el pene de Francisco reaccionaba al estímulo visual, ensanchándose aún más y moviéndose como si tuviera vida propia.
    
    - Mmm, Verónica, me muero por metértela – dijo Francisco acariciando su paquete por encima de la tela – Pero antes quiero probarte.
    
    - Estoy un poco desarreglada cariño. ¿No te molesta?
    
    - ¿Molestarme? – añadió con una macabra sonrisa – Sí así es como saben mejor.
    
    Enterró la cara en el sexo de mi madre, con un movimiento que nos tomó por sorpresa a ambos. Mamá lo observó perpleja unos instantes, pero luego cerró los ojos para dedicarse por completo a los espasmos y gemidos. Echó para atrás la cabeza, hasta topar con el respaldo del sofá. No sabía qué hacer con las manos, hasta ...
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