El regalo: Un antes y un después (Vigésima sexta parte)
Fecha: 11/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... acostumbrada rutina, mi esposo a dormir solo en la habitación de invitados y yo en la amplia cama de nuestra alcoba matrimonial.
…
—¡Anda nene! ¿Y este relajo a que se debe? —Me preguntó después de llegar de su almuerzo Paola, intrigada por los aplausos que provenían del otro costado en la sala de ventas.
—Ummm, si mal no estoy, es porque Federico acaba de realizar el negocio de su vida, en el que estaba trabajando. Un negocio grande. ¡Bien por él! —Le comenté a mi rubia barranquillera.
Y de inmediato el «superstar» de las ventas, sacando pecho como gallo de pelea, se aproximó a mi escritorio y allí de pie nos invitó a celebrarlo por la noche, acariciando los hombros de Paola y desde la altura de sus ojos, fue perdiendo su lasciva mirada en el escote que le permitía vislumbrar un poco los senos que yo había acariciado y besado, invadiéndome ese sentimiento de celos por Paola, nuevamente.
—Me alegra mucho por usted, pero yo por mi parte no puedo. Ya tengo un compromiso con mi esposa y un aburrido cumpleaños de una de sus compañeras de oficina. Lo siento compañero. —Le dije bastante calmado, declinando su oferta.
—¡Vamos Cárdenas! Comprendo que ahora estés mordiéndote los codos de la envidia, pero quiero que nos acompañes a celebrar esta noche. Quiero ver como esta preciosura me enseña cómo es que mueve esas caderas y sí es capaz de seguirme el paso. —Me respondió muy ufano y me sentí atacado por su egocéntrica propuesta.
—Anda nene, no seas malito y vamos ...
... a rumbear esta noche. Al menos un ratico. ¿Sí? Por favor, por favor. —Y no tuve más opción que rendirme a esa mirada esmeralda y a su puchero de niña mimada.
A solas, recostado contra la puerta de mi coche, mientras fumaba el cigarrillo acostumbrado a la hora de salida, llamé a Silvia para informarle de la nueva situación. No le hizo gracia como lo supuse y enojada me dijo que le daba igual y que hiciera lo que yo quisiera y cortó súbitamente la llamada. ¡Más leña al fuego! Pensé aquella oscurecida tarde.
Paola se fue en el auto de Federico con otros compañeros y yo con tres en el mío, los seguí hasta una reconocida ubicación. La discoteca donde me divertí junto a Martha y Almudena. La cita que concluyó con la intempestiva desaparición de Eva, la andaluza tabernera.
Recién llegamos, aún el ambiente estaba suave y en relativa calma. Era temprano, así que logramos ubicarnos en dos mesas al fondo del local. Paola junto al petulante de Federico, dos compañeras más del departamento administrativo, e Ignacio el otro comercial y yo en la otra junto a dos asesoras de ventas y el muchacho encargado de la mensajería.
Poco a poco el licor nos fue distendiendo y Paola tan solicitada para bailar, iba y venía pero eso sí, sin dejar de conectarnos en furtivas miradas. Yo también de manera galante invitaba a las compañeras a bailar. Música latina mezclada con rock en español y electrónica. Todo iba muy bien hasta que pasado un rato el dj, colocó aquella canción que me recordaba ...