Cena de aniversario
Fecha: 12/08/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos
... ojos pasaron de la mancha marrón en la mesa al rostro de Lázaro a la entrepierna empapada de sus pantalones mientras trataba de encontrar mi voz para reconocer que la escena era culpa mía. Mi Rey tenía una opinión diferente y no quedó igualmente mudo.
MR: ¡Chingada madre! ¡¿Qué chingados te pasa?!- Gritó mientras se levantaba.
Solo me quedo ver por enésima vez lo prepotente que era mi Rey, con una expresión lúgubre de desconcierto y tristeza en su rostro.
MR: De todos los pendejos me tenía que tocar el más Grandísimo... ¡¿No hay alguien en este pinche changarro que sepa hacer bien su trabajo ?!- El comedor se había quedado en silencio excepto por los gritos del abusivo de mi Rey.
L: Lo siento, señor. Fue un error -tratando de disculparse mientras su expresión mezclaba horror y evidente incomodidad por el café caliente en sus piernas.
MR: ¡Tienes toda la pinche razón, te vas a arrepentirte! ¡Esta cena está arruinada! ¡Quiero hablar con tu pinche gerente! ¡O con cualquiera en este lugar que no sea completamente un pendejo!- No le gritó específicamente a Lázaro, sino al restaurante en su conjunto.
Bajando sus ojos abatidos, el camarero se escabulló hacia el baño de hombres, dejando que la galería volviera a la vida conscientemente mientras el ayudante de camarero se apresuraba a atender el desorden. Cuando el siguiente joven se apresuró a contener el derrame y recoger la vajilla desplazada, la ira de mi Rey se volvió contra él.
Asqueado por la ...
... desquiciada falta de cortesía de mi Rey, me levanté bruscamente de mi silla mientras tiraba la servilleta y me disculpaba en silencio. Mi Rey todavía se compadecía de la injusticia que les había sucedido, por lo que era dudoso que se fijara en mí cuando me fui.
Con una mirada por encima del hombro hacia el comedor, abrí la puerta de vidrio esmerilado del baño de hombres y encontré la forma robusta de Lázaro inclinada sobre el fregadero, limpiando intensamente el café de sus pantalones negros. Me vio en el espejo cuando entré, mis tacones haciendo clic en las baldosas relucientes. Sus ojos estaban vidriosos, conteniendo las lágrimas frustradas. Suspiró pesadamente mientras arrojaba una toalla sucia en la canasta y se volvía hacia mí.
L: Si también has venido a gritarme, lamento mucho el desorden en la mesa. Yo pagaré las facturas de la tintorería. Se apoyó tensamente contra el mostrador, con la cabeza gacha y las manos agarrando el borde mientras se preparaba.
Observé que los músculos de su pecho y brazos se flexionaban bajo la camisa de vestir blanca.
Y: No vine a gritar. – me acerque a él- Fue un accidente que no fue tu culpa en primer lugar, y, de todos modos, no me callo nada a mi- Mostré mi mejor intento de una sonrisa cautivadora. - No te preocupes por mi marido. Puede ser un idiota y lamento cómo te trató.
La mandíbula y los hombros de Lázaro se tensaron de nuevo cuando se volvió hacia el fregadero, agarró una toalla limpia y reanudó el fregado de la pernera del ...