1. Cuckold (2): La mujer de un amigo


    Fecha: 03/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... desabroché el pantalón. Besé su trasero.
    
    —Pedime que te coja.
    
    —No —repitió ella.
    
    Liberé mi verga. Su sexo estaba a unos cuantos centímetros. La agarré del pelo y lo estiré con violencia.
    
    —Vos querés que te coja. Eso querés —dije.
    
    Ella no pronunció palabra.
    
    —¡La puta madre! ¡Sos una demente! —grité, exasperado.
    
    Me bajé de la cama. Me abroché el pantalón.
    
    —Quiero que sepas que si contás lo que hicimos, vas a arruinar muchas vidas. No voy a presionarte, sólo quiero que pienses en eso. Nuestras mujeres y nuestros hijos no tienen nada que ver con esto.
    
    —Deberías haber pensado en eso antes de hacer todo lo que hiciste ¿No? —dijo ella, haciéndose eco de lo que yo mismo había dicho hacía unos minutos.
    
    —Tenés razón —dije.
    
    —Le dije a Martín que lo iba a cagar de una manera tan vil como él lo había hecho —dijo Vanesa— Él me dijo que con tal de que lo perdone iba a aguantar cualquier cosa. Pero estoy segura de que no se imaginaba que iba a estar con sus tres mejores amigos. No le da la cabeza para tanto.
    
    —Esto es una locura —dije— Me voy a mi casa ¿Vas a estar bien?
    
    —Sí, claro —dijo ella.
    
    La dejé sola, con sus locuras. Volví a casa. Me saqué la ropa antes de meterme en la pieza, y la puse en el lavarropas. Al otro día le diría a Beti que me ensucié con cerveza. Ella, probablemente intuiría algo, porque en muy bicha. Pero ni en sueños se imaginaría lo que sucedió.
    
    Durante varios días estuve con el corazón en la boca. Esperando recibir la ...
    ... visita de un Martín enloquecido por la ira, o que la propia Beti se entere de lo que había pasado.
    
    Pero hasta el momento, Vanesa no había hablado.
    
    Con Quique y Pedro hablamos muy seriamente al respecto. Juramos no decir absolutamente nada a nadie. El menor filtro podría culminar con todo el barrio sabiendo lo que había sucedido.
    
    Sin embargo, todo resultaba ser muy endeble. Quique le dijo a Martín que esa vez que él no estaba en su casa, nos fuimos al bar del club, como siempre. Pero era cuestión de que Martín hable, al pasar, con don Alvarado, para que este recuerde que esa noche no estuvimos ahí. Además, algunos vecinos nos vieron entrar a la casa. Creo que nadie nos vio salir a la madrugada. El plan era decir que nos fuimos al rato. Pero como digo, todo muy endeble. Un castillo de naipes que podía derrumbarse con el menor movimiento imprevisto. Además, no teníamos idea de si Vanesa respaldaría nuestra versión.
    
    Martín estaba deprimido. Andaba tan ensimismado, que no se daba cuenta de lo mal que mentían los boludos de Quique y Pedro cuando estaban con él.
    
    A mí no me daba lástima, porque sabía que él también se había mandado terrible macana cogiéndose a la hermana de Vanesa.
    
    Y ella no aparecía. No le contestaba los mensajes. Se había llevado todas sus cosas esa misma mañana, y no había vuelto a aparecer.
    
    De eso ya pasó un mes. Quique y pedro me preguntan, cada tanto, si sé algo de “la loquita”. Yo le contesto con la verdad: que no tengo idea de qué fue de su ...