1. Cuckold (2): La mujer de un amigo


    Fecha: 03/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... la tercera botella de cerveza, Vanesa fue víctima de su propio juego. Le tocó el comodín.
    
    —¿Verdad o consecuencia? —preguntó Pedro, quien había repartido las cartas.
    
    —Verdad —dijo Vanesa, con gesto desafiante.
    
    —¿A qué edad fue tu primera vez? —preguntó.
    
    —No seas desubicado ¡Es la mujer de un amigo! —le recriminé.
    
    —No pasa nada, no me molesta. Además, yo no soy la mujer de nadie, en todo caso seré la pareja, o la esposa de alguien. Esas expresiones atrasan un montón Basualdo —dijo, reprimiéndome, aunque no se la notaba molesta— Bueno, la primera vez que fui al cine fue a los seis años — respondió luego.
    
    —Te re cagó —dijo Quique, riéndose del otro.
    
    —Sos una tramposa, vos sabés a dónde iba la pregunta.
    
    —Bueno, me tendrías que haber preguntado cuándo fue la primera vez que tuve relaciones sexuales…
    
    —Es cierto —acoté.
    
    —Pero como no quiero que después ustedes esquiven preguntas agarrándose de tecnicismos, les voy a contar… Mi primera vez fue a los quince años.
    
    —Bastante precoz. —comentó Pedro.
    
    —Siempre fui muy sexual. Desde chica.
    
    Los tres la miramos con cierta fascinación e incomodidad a la vez.
    
    —Bueno, me toca tirar de nuevo. Pero esperen que tengo ganas de chupar… —nos miró uno a uno con los ojillos divertidos— cerveza, no sean mal pensados —dijo, dando un largo trago de birra.
    
    —Uf, pedro, ahora me voy a vengar de tu pregunta atrevida —dijo con ironía cuando el comodín apareció delante de pedro.— ¿Verdad o consecuencia?
    
    Pedro lo ...
    ... pensó seriamente. Todos estábamos compenetrados en el juego, y sobre todo, estábamos a la expectativa de con qué cosa saldría Vanesa.
    
    —Consecuencia —dijo al fin.
    
    Me pareció muy torpe de su parte. Al elegir verdad, siempre se podía dibujar la respuesta de alguna manera. Pero ahora estaba obligado a hacer lo que Vanesa le ordenase. Bueno, siempre podía reusarse. Pero en ese caso, en teoría, debería recibir un castigo. Según recuerdo, así eran las reglas del juego. O en todo caso, el juego terminaría, ya que no tenía sentido seguir si los participantes no respetaban las reglas.
    
    —Vaya, qué valiente —dijo Vanesa, saboreando el momento—. Bueno, tenés que quitarte la ropa, y desfilar para todos como si fueses un modelo. Podés quedarte con la ropa interior, No hace falta que nos muestres tus vergüenzas, pero nada más.
    
    —¡Uhhhh! —exclamó Quique, excitado.
    
    Yo me alarmé. Si Vanesa subía la vara tan alto, era probable que los muchachos, ya entrados en copas, le siguieran el juego cuando le tocase el turno a ella. La situación se nos estaba yendo de las manos. Y encima Martín no llegaba para poner un poco de normalidad a la situación. Aunque yo, y supongo que todos, sospechaba que no iba a aparecer en toda la noche.
    
    —Bueno, mejor juguemos a otra cosa ¿No? —dije.
    
    —No seas aburrido. —Me recriminó Vanesa.
    
    —Sí, Basualdo, ya fue, nos estamos divirtiendo —dijo Quique. Sus enormes ojos ojerosos brillaban con una perversidad que nunca le había visto.
    
    —Yo puedo ser muchas ...
«12...567...19»