1. Cuckold (2): La mujer de un amigo


    Fecha: 03/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... transpiración se deslizaban por mi espalda.
    
    Vanesa tiró las cartas, y el comodín cayó en Pedro.
    
    —Consecuencia —dijo él.
    
    —Tenés que llamar a tu esposa y hablar con ella durante tres minutos. —dijo Vane.
    
    Pedro la miró decepcionado. Quique y yo nos miramos confundidos. Pero Vanesa parecía más divertida que nunca.
    
    Pedro agarró el celular.
    
    —Que alguien controle el tiempo —dijo Vanesa, poniéndose de píe mientras Pedro llamaba a su mujer.
    
    —Hola amor ¿Todo bien? —dijo Pedro. Se escuchó que su esposa le respondía algo.
    
    Vanesa fue hasta donde estaba sentado. Se sentó en su regazo.
    
    —Sí, no, no, sólo quería saber si los nenes están durmiendo. —dijo Pedro. Vanesa hacía movimientos con sus caderas. Las nalgas se frotaban con el miembro de Pedro, el cual, supongo, ya estaba completamente al palo.— Es que no quiero que se queden hasta la madrugada jugando a la Play, como hacen siempre. —dijo Pedro, medio balbuceando. Yo, que estaba sentado a su lado, pude ver cómo extendía su mano y empezaba a acariciar los pechos de Vanesa. Sus dedos se metieron fácilmente debajo de la blusa, ya que tenía varios botones desabrochados, y ahí comenzó a manosearlas con desenfreno.— Sí, mi amor, estamos con los muchachos en lo de Martín —dijo pedro, casi gimiendo.— Seguro vuelvo a eso de las cuatro, chau mi amor.
    
    Apenas colgó, Vanesa se bajó de su regazo. Pero Pedro la detuvo, agarrándola de la cintura.
    
    —No me vas a dejar así. —le recriminó, señalando con sus ojos la enorme ...
    ... erección que tenía.
    
    Ella se soltó con violencia.
    
    —Si quieren acabar van a tener que usar la imaginación.
    
    —Tranquilo boludo, si te dice que no, no insistas. —le exigí a mi amigo. Si yo no estuviese entre ellos, probablemente se estaría tirando encima de Vanesa, arrancándole la ropa por la fuerza. Era cierto que ella nos estaba provocando, de hecho yo ya tenía la pija como mástil, pero algo me decía que era mejor tener paciencia.
    
    Me tocó el turno a mí. Hice trampa, y coloqué el comodín de manera que estaba seguro que le tocaría a ella. Creo que todos se dieron cuenta de la estratagema, pero nadie dijo nada. Ni siquiera ella.
    
    —Consecuencia —dijo enseguida, y con un brillo en sus ojos agregó—Acordate de lo que les dije. Ninguno va a meter su pija adentro de mí. Por ninguno de mis orificios. Si intentan algo de eso, voy a gritar como una loca. Vamos a salir en el noticiero los cuatro: “Tres hombres intentan violar a la esposa du su amigo”.
    
    —Quedate tranquila, que ya me quedaron claras tus reglas. —Vanesa me miró, con cierta complicidad, como si ambos entendiésemos algo que los otros todavía no alcanzaban a comprender—Tenés que pararte contra la pared de espaldas, con los brazos extendidos, apoyados sobre la pared y las piernas separadas.
    
    —Como si estuviese arrestada, okey
    
    —Y no te tenés que mover ni decir nada durante diez minutos.
    
    Vanesa sonrió. Asintió con la cabeza, y se puso de pie. Apoyó las palmas de las manos en la pared. Separó las piernas. Estaba un ...
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