El celular de Alexia (Cap. 1): El visitante nocturno
Fecha: 10/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... fuese una palanca. El tronco tocó sus labios. Su sonrisa se agrandó, ahora mostrando sus dientes. Me miró a los ojos, abrió la boca y comenzó a chupármela, sin desviar los ojos de mí.
Acaricié su pelo con ternura. Ya a los veinte años hacía felaciones de manera tan hábil. Jamás me animé a preguntarle cómo es que había alcanzado tal expertiz. Ahora había llegado a un nivel de perfección tal, que en cinco minutos ya estaba a punto de hacerme estallar. Si ella quisiese podría mamarla durante veinte minutos seguidos, pero supuse que quería dormir enseguida, por lo que no le recriminé cuando sus masajes linguales se centraron en el glande, mientras me masturbaba y acariciaba los testículos con delicadeza. Mi eyaculación salió con debilidad, a causa del corto tiempo que transcurrió. Cuando iba a sacar el miembro de su boca, ella apretó más con los labios, indicándome que no lo haga. Succionó de la verga hasta que las gotitas rezagadas salieron al encuentro de su lengua. Abrió la boca y me mostró el semen que tenía adentro, para después tragárselo.
Una señora en la vida, y una puta en la cama. Así debían comportarse todas las mujeres. Lo habíamos hablado muchas veces cuando la idea de una relación entre nosotros era algo tan absurdo, que no descostillábamos de risa cuando alguien lo sugería. Y desde que empezamos a salir llevó a cabo esa filosofía, a sabiendas de que yo la apoyaba. Aunque he de reconocer que muchas veces afloraron sentimientos oscuros cuando la notaba tan ...
... desinhibida en la cama. No soy perfecto, residuos del machismo de otras generaciones conviven con mi personalidad, en general liberal.
— Juraría que esta vez tuvo un gusto dulzón —dijo, colocándose el camisón con el que había sido ultrajada por el visitante nocturno.
— Pero ¿estaba rica? —pregunté.
— Sí —contestó Alexia. Se acomodó a mi lado.
— Creo que te llegó un mensaje —comenté.
— Ah ¿sí?
Alexia agarró el celular. Fingí no prestar atención, pero, con esfuerzo, la observé de reojo. Una sonrisa afloró en su semblante.
— Estas chicas… —dijo, y luego soltó una carcajada.
— ¿Qué pasó? —pregunté.
— Nada… me preguntan cómo me fue con nuestro jueguito.
— ¿Les contaste lo que íbamos a hacer?
— Ay mi amor, me vas a decir que vos no le decís a tus mejores amigos lo que hacés conmigo. — Cosas tan íntimas no…
— Bueno, pero yo les cuento todo a Prici y a Eri, y a nadie más. Ellas son íntimas ¿Te molesta?
— No, me imagino que es normal. Quizá sería mejor que no me lo dijeras.
— Es verdad, ojos que no ven, corazón que no siente —dijo Alexia. Noté en su tono de voz cierto aire de misterio y de introspección—. Voy a dormir gordito. Buenas noches.
— Buenas noches.
Me quedé despierto un rato más. No tenía motivos para creer que el mensaje no fuera de su grupo de amigas. Sin embargo, la primera duda había surgido por algo. Nunca me detuve a pensar en la posibilidad de que Alexia me fuera infiel. Siempre di por sentado que éramos felices. Pero ...