Los tengo sin querer, pero no crecerán
Fecha: 12/09/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... se aprende algo nuevo. Ahora descubro que mi esposa es especialmente fácil, más aún, facilísima. Vos corregime si me equivoco. Un tipo que nunca antes le refregó la pija bailando, que nunca le toco una teta, el culo o la concha, que nunca le dio un beso ni siquiera en la mejilla, que nunca la había saludado antes, que ni en fotos era conocido, en solamente una hora consigue que ella se trague su semen y dos veces le llena la vagina de leche. Así fue?
- “No ya habíamos bailado alguna vez”
- “Bien, en resumen, me engañaste y fui yo quien lo descubrí. Vos hablaste cuando ya no podías soportar la presión que hice durante una semana. Todavía no he decidido qué hacer, pero por lo pronto tenés que sacar todas tus cosas del dormitorio y del baño. Esas dependencias eran del matrimonio y esa unión ya no existe. Por si acaso te aviso, movete rápido y de esa manera evitás que te motive con la fusta”.
Mientras ella hacía el traslado de sus pertenencias con la cabeza gacha y los ojos llorosos, yo miraba por televisión un documental sobre la prostitución y eso me dio idea de qué hacer con ella.
- “Pía, ya he decidido qué hacer con vos. Vas a trabajar de puta para mí. Según este programa una ramera de bajo nivel puede ganar 20.000 por semana y una de nivel medio puede superar tranquilamente los 50.000. No voy a exagerar, con 40.000 me conformo. Hoy es jueves así que a partir de ahora todos los jueves me entregás ese dinero. Naturalmente no hay vacaciones, ni carpeta médica, ni ...
... trámites que invaliden esa obligación, por lo cual te sugiero que ahorrés para esas emergencias. Al primer incumplimiento pido el divorcio llevándole al juez tu relato de mis cuernos, que he grabado mientras hablabas, eso siempre y cuando no me incline por prisión y muerte”.
Sin terminar de sacar sus cosas, llorando desconsolada, salió corriendo hacia su nuevo dormitorio y se tiró en la cama. Ahí quedó mientras yo sacaba al pasillo lo poco que le faltaba para terminar. Cuando se calmó un poco la escuché llamar a sus amigas contándoles lo sucedido. Pocos minutos después sonó mi teléfono, era Lidia pidiéndome que mañana las recibiera a las tres pues querían hablar conmigo. Naturalmente les dije que encantado las esperaba y acordamos a las seis de la tarde.
Ese viernes, mientras las esperaba, tomé conciencia que llevaba nueve días de cornudo y ocho de haberme enterado que me adornaban la frente. Llegaron las tres alrededor de la hora convenida, las hice pasar, la llamé a Pía para que se nos uniera, les ofrecí algo de beber y me dispuse a escuchar. Siendo la más desenvuelta, fue Sonia quien tomó la palabra
- “Abel, quisiéramos que nos escuches porque hasta ahora solo Pía ha asumido la responsabilidad de lo sucedido, y creemos que nosotros en algo somos partícipes.”
- “Entiendo que quieran ayudar a su amiga y alabo esa actitud. Una sola cosa te pido, y es que no me mientas.”
- “Tené la certeza que no lo voy a hacer. Todo comenzó casi un mes atrás. Como todos los ...