1. El arquitecto


    Fecha: 07/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... expectativas.
    
    –Lo mismo, pero el coctel de camarones, suena rico, aunque yo no necesitaré los mariscos…
    
    –No sé si yo sí, pero me quedaré seco con la mujer de mis sueños… –contestó Joel y levantó el auricular para hacer el pedido, “incluyendo unas entradas de canapés de caviar, foie gras y salmón ahumado”, señaló–. ¿Estrenas tu ropa ahorita? –me pidió con dulzura y me fui al vestidor después de asentir.
    
    Cuando regresé, ya con mis ropas de estreno, incluidas unas pantuflas muy suaves que también su hermana tuvo el tino de acompañar junto con unos pequeños aretes con un brillante y una pulsera de oro de distintos tonos con tres brillantes en la “muda de noche nupcial”, como ella dijo. La cara de Joel se iluminó y bajo su única prenda, un pantalón blanco acampanado de tela vaporosa de algodón, creció su enorme miembro.
    
    Sobre el sofá estaba la pieza superior, también de la misma tela que el pantalón, pero distinta a la de mi camisón, aunque con ribetes idénticos a los de éste en aplicaciones discretas. ¡Su hermana pensaba en todos los detalles!
    
    –¡Quiero decirte que te amo como nunca había querido a alguien! –dijo hincándose y mostrándome una argolla con un diamante no tan pequeño como el de los aretes, pero de tallado hermoso, la cual puso en mi dedo anular izquierdo.
    
    Se levantó y me dio un beso abrazándome con mucha ternura, yo me sentía en el paraíso.
    
    –Sabes que no puede ser más que esto o algunas salidas esporádicas –le dije y me quité el anillo ...
    ... devolviéndoselo. En ese momento caí en cuenta que aretes anillo y pulsera eran parte del mismo juego trabajado con gran delicadeza.
    
    –Es tuyo, mi amor, por favor consérvalo y úsalo esta noche… –pidió con fervor y cierta desilusión.
    
    –No lo tomes a mal. Sí los conservaré y se los daré a mi hija cuando crezca, deseándole que encuentre un amor tan sincero como el tuyo, le dije con lágrimas –Era increíble que apenas en la tercera vez que coincidíamos sintiéramos un amor así.
    
    Me pidió tomarme unas fotos así, con mi ramo de flores blancas, sólo me faltaba un velo para parecer novia lista para consumar su Luna de miel. “Pero sólo para tus ojos, mi amor, si acaso también para tu hermana” le dije y empecé a posar. Me las mostró a la siguiente semana y me dijo “Con ésta quiero que me hagan un cuadro para mi oficina, les pediré que le añadan un velo, ¿estás de acuerdo?”, dijo mostrando una donde se veía del ramo hacia arriba. “Loco”, le dije sonriendo y asentí.
    
    A la hora nos trajeron la comida, yo me fui al vestidor mientras colocaban el servicio y regresé cuando me llamó. Comimos charlando sobre nuestras vidas, nunca había platicado tantas cosas de mí a alguien, ni a Saúl, aunque éste sabía más de mí que yo misma. Joel me contó de sí mismo, de su estancia de posgrado y de un proyecto muy importante que le había confiado su padre y él ya estaba concluyendo con éxito, “todo con tecnología mexicana” dijo orgulloso. Fue una prueba de fuego de dos años para mí y la parte más difícil, el ...
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