Todo puede ocurrir si bajas las escaleras sin bragas
Fecha: 15/10/2022,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... mientras que cabalgaba sobre su pene con gran rapidez y ahora sí que podía gritar, su pene se había fundido en mi vagina, me hacía gritar como una histérica, hasta que un delicioso orgasmo hizo que me echara hacia atrás y que mi cuerpo temblara con espasmos irregulares.
Ángel paró hasta que terminé de temblar y luego continuó moviéndose, gimiendo también como nunca había escuchado a un hombre, me sujeto de las caderas y como si fuera un muñeco me levanto tumbándome esta vez boca arriba en el sofá, su pene seguía en todo momento dentro de mí y ahora encima de mí con mis piernas bien abiertas me follaba con rapidez y con fuerza, metiéndome su pene tan dentro que no sé si fue el mismo orgasmo o que realmente me provoco otro, el caso que los dos empezamos chillar a besarnos sin control hasta que los dos explotamos en un orgasmo realmente placentero para ambos, su pene había estallado dentro de mí lanzándome chorros de su semen caliente a gran velocidad, llenando por completo mi vagina, su semen era arrastrado por olas de mi flujo que también se había desbordado como una riada, los dos temblando, agotados y sudorosos nos besábamos y ...
... reíamos.
Domingo a las 12 del mediodía, me despertaba en una cama de sábanas blancas, miraba a mi alrededor y no reconocía más que mi vestido negro tirado junto a mis bragas en el suelo, no había sido un sueño, estaba con él en su casa, en su cama, su brazo me rodeaba el cuerpo abrazándome, gire mi cabeza y le veía dormir plácidamente a mi espalda, intente darle un beso, pero lo único que hice fue despertarle.
-Buenos días, Lara, has descansado bien. –Me preguntaba Ángel con una sonrisa de lado a lado a la vez que besaba mis hombros.
-Sí, muy bien, pero…
-Pero que.
-No sabía si había sido un sueño o no hasta que he despertado y si es un sueño no quiero despertarme nunca, pero si no lo es… quiero que me vuelvas hacer el amor.
Ángel se puso encima de mí una vez más, yo le abrí mis piernas una vez más, su pene encontró la entrada de mi vagina una vez más, te empecé abrazar con mis pies y con mis manos arañándote la espalda una vez más y una vez más sentí tu polla penetrar en mi coño, metiéndose y saliendo, arrancándome los primeros gemidos de aquella hermosa mañana.
Gemidos y pequeños gritos en tu oído, solo para ti Ángel, solo para ti.