1. Para eso está la familia


    Fecha: 29/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el corazón cuando vi aparecer a Susana unos metros detrás de él, aún arreglándose la falda, con hojas y suciedad enredada en el pelo. Nos miramos un instante, bajó los ojos y se fue. Fue la última vez que la vi pero al año siguiente me enteré por mis padres que había sido madre: “Pobre chica, tan joven y a cargo de una criatura. ¡Le ha cambiado la vida!”.
    
    Tantos años después y casi nada había cambiado. Ahí estaba Alberto de nuevo detrás de mi chica y de nuevo yo paralizado sin hacer nada. Por supuesto ahora éramos adultos pero hay determinadas cosas que se te quedan grabadas de joven y contra las que es muy difícil luchar. Pero lo que me tenía completamente confundido era mi propia trempera. ¿Qué me había pasado?
    
    Volví a la casa y entré en el comedor. Algunas personas ya se habían ido pero el bullicio continuaba siendo importante. Me senté junto a Sonia y le pregunté si todo iba bien. Me contestó asintiendo con la cabeza, más atenta a la conversación de mis primas que a mi. Le dije que la había estado buscando, que dónde se había metido. Se giró hacia mí y me dijo que había ido al baño y que después se había encontrado a mi madre y la había ayudado a recoger un poco la cocina, pero se la veía nerviosa y evitando mirarme a los ojos. Independientemente de la excusa no parecía que pensara compartir conmigo el incidente del pozo...
    
    Esa noche no podía dormir. Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a lo que había visto en el pozo, a las manos de Alberto asaltando el cuerpo ...
    ... de Sonia, su pelvis aprisionándola contra la piedra, a la cara de sorpresa de mi novia al notar la erección de Alberto contra su vientre. Y de nuevo allí estaba mi propia erección, palpitando contra la tela de mi pijama, y el culo de Sonia estaba tan cerca. Me arrimé a ella y le levanté el camisón para notar sus glúteos, pero Sonia apartó mi mano medio dormida. Pensé en masturbarme para descargar la tensión pero finalmente los descarté y por fin acabé durmiéndome.
    
    Me desperté un poco más tarde, aún de noche, después de una pesadilla en la que no sabía muy bien porqué pero todo el mundo se reía de mi. La cabeza me dolía horrores y me notaba caliente. Estaba a punto de despertar a Sonia para decirle que me encontraba mal cuando la oí sollozar. Al principio pensé que había sido un ruido de fuera de la casa pero después la volví a oír. Me quedé completamente quieto y noté un sutil balanceo en el colchón. Después un nuevo sollozo, más profundo: un gemido. El balanceo subió de intensidad junto con el tono de los quejidos de Sonia. Estaba de espaldas a ella y no veía nada pero tampoco me atreví a girarme. Después de dos o tres minutos y de un gemido más largo y profundo los quejidos se pararon pero el colchón no dejó de moverse y por fin un largo suspiro y el vaivén se acabó.
    
    Cuando me volví a despertar la luz del día entraba por las rendijas de los porticones de la ventana. Estaba confundido y aturdido, la cabeza me estaba matando y después de ponerme la mano en la frente no ...
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