Lo que pudo haber sido (Parte V)
Fecha: 18/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... estaba llevando al cielo.
Sin pedirle permiso, saqué completamente mi miembro de su ojete y se la clavé de una por la vagina, a lo que ella estalló en un orgasmo que me empapó los pies. Aumenté mi ritmo disfrutando de su encharcada vagina. Disminuí los azotes, más no los detuve ni bajé su intensidad y lo que más me agradaba es que se dejaba hacer. Tras unos diez minutos de una jodienda increíble, volví a llenarle de semen.
En aquella ocasión, mi verga comenzaba a perder su tamaño, pero eso no impidió que Maru limpiase nuevamente la mierda, semen y flujos que la cubrían. A pesar de que seguía perdiendo dureza, estaba completamente inflamado y excitado. Cuando mi verga quedó limpia, le ordené a Maru que se sentase en el sofá con las piernas abiertas a lo que ella obedeció.
Completamente excitado, me lancé a devorar la sucia vagina de la gorda mujer que estaba dispuesta a complacer todos mis deseos. Sin importarme la suciedad, intenté limpiar su gruta, tal y como ella lo había hecho conmigo, así como corresponderle el placer con mi lengua. Pese al asco que todo aquello conllevaba, disfruté degustando sus flujos, mi semen y su mierda.
Por otro lado, nunca había conocido a una mujer perforada y sentía una creciente curiosidad por estirar y juguetear con sus anillos. Lo hice y el primero fue el de su clítoris. Estiré un poco hacia afuera y luego hacia los lados, pero sabía que tenía que ser delicado. Con los que adornaba sus labios no fui tan condescendiente, pero ella ...
... jamás se quejó, muy al contrario. Gemía y pegaba mi cara a su encharcada vagina.
Maru, amasaba sus pequeñas tetas y estiraba sus pezones continuamente mientras suspiraba de placer ante mi mamada. De pronto, sin avisarme, un chorro saltó a mi rostro, indicándome que se había vuelto a correr. Enardecido, introduje dos dedos en su vagina mientras seguía lamiendo su clítoris. Ella gemía. Agregué un tercero y poco después un cuarto. Nunca me mostró molestia alguna.
Estaba en algo parecido a un trance. ¿Sería posible? Sin importarme si le hacía daño o no, comencé a mover mis dedos de manera frenética dentro de su vagina. Volteé mi cabeza hacia su rostro y la noté excitadísima. Sin apartar mis ojos de los suyos, moví con más fuerza mis dedos y ella me sonrió mordiéndose el labio inferior. Con mayor seguridad y con algo de dificultad, empujé para introducir toda mi mano dentro de su concha. ¡FINALMENTE!
No podría explicarlo, pero, tuve un orgasmo, pese a que mi verga estaba completamente flácida. Maru gimió fuerte ante la intrusión, pero fue más de placer que de otra cosa. Yo estaba tratando de disfrutar de todas las sensaciones que percibía. Comencé a mover mi puño lentamente y estiré un poco más su clítoris. Lo retorcí levemente. Maru tuvo otro orgasmo más prolongado, pero soltó poco flujo.
Quería extender el momento lo más posible. De pronto, sentí la mano de Maru asir mi muñeca y ella misma mover mi brazo con rapidez. Comencé a penetrarla con fuerza tal y como ella me ...