Lo que pudo haber sido (Parte V)
Fecha: 18/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... lo pedía y comenzó a gemir con más fuerza. Yo estaba alucinado. Continué así cerca de cinco minutos y Maru volvió a tener un orgasmo intenso, momento en el cual retiré mi mano de su interior.
Inmediatamente le di a chupar tres de mis dedos que ella absorbió al instante y lo demás se lo restregué en el rostro. Ella, dispuesta, seguía con las piernas abiertas mirándome. Volví a bajar para meterle nuevamente mi puño, el cual entro con facilidad y la violé nuevamente por unos instantes así, para después sacarlo. Tomé dos de mis dedos y se los inserté en el culo y salieron llenos de mierda. Se los di a chupar y me los limpió sin ningún asco.
Maru seguía expectante a lo que yo quisiera hacer y yo estaba excitadísimo. Descargué tres buenos golpes con mi mano extendida sobre su vulva y ni siquiera cerró sus piernas. Dos más y una buena retorcida de su clítoris. Apenas gimió. Sonreía y sostenía sus piernas abiertas con sus manos. Yo estaba como un toro y duro nuevamente.
Le propiné dos fortísimas cachetadas para penetrarla nuevamente, pese a que ni siquiera encontré resistencia en su concha. Aun así, continué y tiré de los anillos que había en sus pezones. Eso pareció encantarle. Yo imprimía un ritmo frenético.
- ¡Jala más fuerte, por favor! – me rogó mientras torturaba sus pechos
- ¿Así? – pregunté jalando duramente sus pezones
- ¡Más fuerte! – exigió casi fuera de sí y traté de cumplir sus exigencias, temiendo hacerle daño - ¡Sin miedo, hijo de tu puta madre! – ...
... y volví a tirar con miedo de rasgarle el pezón, pero ella seguía pidiendo más - ¿Es que eres maricón? ¡Fuerte!
Con ímpetu, comencé a dar fuertes tirones, como si se tratase de las riendas de un corcel y ella comenzó a gemir. Aumenté el ritmo de mi penetrada mientras seguía estirando sus pezones al máximo. Debo decir que, por momentos, sentía que le iba a desgarrar el pezón, pero afortunadamente no sucedió. Maru se notaba excitadísima y en varias ocasiones soltó un chorro corto, pero con una presión fuerte. Imaginé que fueron pequeños orgasmos.
En ocasiones, alternaba los tirones con cachetadas a su rostro o golpes en sus tetas, a lo que ella exigía que lo hiciese con más fuerza. Seguimos así cerca de veinte minutos y para esas, Maru tenía la cara y las tetas rojas. De pronto, ella comenzó a convulsionarse y estalló en un orgasmo intenso, que no alcancé a percibir. Imagino que, de puro placer, poco después comenzó a orinarse encima de mí, lo cual, lejos de molestarme, me excitó y disfruté el sentir el calor de su líquido amarillo.
Aquello fue un éxtasis que pocas veces he experimentado y fui yo quien estallé en un orgasmo que me nubló completamente la vista. Me dejé caer sobre ella, jadeando y disfrutando aún. Ella me abrazó por las nalgas, mientras yo sentía cómo seguía expulsando semen.
- Disculpa si te lastimé – alcancé a decirle, aun recostado sobre ella, una vez que se hubo tranquilizado mi respiración. Mi verga seguía goteando semen, fuera ya de su vagina y ...