Ana y el herrero
Fecha: 25/11/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Mrodrigues, Fuente: CuentoRelatos
... diciéndole, me encanto la ropa íntima que tenías, no te duró mucho tiempo, pero me encanto verte así, le decía al oído a la vez que acariciaba sus dos senos y la rozaba con su miembro desde atrás.
Ella volteó para besarlo a lo que él no desperdició la oportunidad de comerse sus labios una vez más, me encantan tus besos, tus caricias, tus movimientos de cadera Ana y a mí la fuerza con que me tomas le dijo con ojos cerrados y labios buscando los suyos. Una mano de Manuel bajo para acariciar y frotar su clítoris. Al escuchar sus gemidos y sentir como se retorcía el cuerpo de Ana empezó a jugar un poco más profundo metiendo sus dedos en su vagina, ummmm dijo Ana entre suspiros, dime que más te gusta de mí, dímelo en al oído.
Manuel pensando en lo que haría para hacer que el encuentro sea más memorable aun le decía: Tu entrega, tu intensidad sin dejar de ser femenina, la forma en que te vestiste y arreglaste para mi, tu cabello suelto, lo sensual que luces con esas argollas. Ella sin dejar de jadear y de sentir el miembro de Manuel rozando sus labios le dijo: Te gusta cómo me quedan? Las tuve guardadas por años, a lo que él le respondió, úsalas siempre que quieras seducir a un hombre y ella le dijo, pudiera seducirte siempre a ti?
Por mí no te las quites nunca le dijo él besándola en el cuello y haciéndola un poco hacia adelante .Al ver su vagina hinchada, empapada y ardiendo la tomo de la cintura y la penetro lentamente mientras ella miraba en el espejo el espectáculo ...
... de sexo que estaban viviendo. Sin embargo, después de unos pocos movimientos se separó de ella y solo la rozaba tratando de empapar su miembro con sus fluidos con un propósito que ella aun desconocía, una mujer que siempre tuvo un sexo clásico sin muchas variantes estaba por conocer algo que Manuel conocía solo en teoría con el nombre de los cuatro puntos del placer.
Sigue Manuel, sigue, rogó Ana, a lo que él la trajo de nuevo hacia el estando ella aun de espaldas y le dijo al oído, dame un beso especial porque no te voy a poder besar en un buen rato, a lo que ella obedeció abriendo sus labios para encontrarse con los de Manuel y luego de sentir el roce de su lengua, sintió también un roce nuevo para ella, desconocido hasta ese momento, esa sensación la hizo cortar el beso y mirarlo fijamente. Una mirada tan expresiva que hizo a entender a Manuel que podía hacer lo que él quisiera con ella.
Al entenderlo y tener su aprobación, la rodeo por la cintura y retrocediendo unos pasos se sentó en una esquina del sofá, la tomó de la cintura y la trajo hacia él, acomodándola como todo un caballero ante el halago de su permisividad, colocando su miembro en un lugar nuevo para ella, que aunque con nervios, pero con determinación de sentir y vivir se sentó lentamente quedando penetrada por ese nuevo lugar. Sintió placer, también dolor pero no el suficiente como para detenerse, quedando sentada sobre su herrero quien en agradecimiento por ser el primero en descubrir esa parte de ella ...