La fantasía de mi marido: sábado en Madrid.
Fecha: 30/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ambiente de gente de nuestra edad a ciertas horas. Me siento más segura en esas zonas de confort que en sitios donde no sé qué me voy a encontrar, al menos las primeras copas. Era un local muy agradable, música de los 90 y cocteles llamativos que invitan a probar distintos sabores con el problema que provoca en mi cuerpo. Bailábamos porque había espacio, se estaba tranquilo, hablábamos, nos tocábamos. Nos besábamos con cada vez más sensualidad y pasión seguramente a cada trago que nos hacia desinhibirnos, especialmente a mi chico.
- Cambiamos de sitio? pregunté
- Lo que quieras, yo estoy bien. Me contestó
- Vámonos a ese bar que está en el otro lado que me gusta su música- le dije
- Lo que tú digas. Termino por decir mientras me besaba y dejaba su vaso.
Todo estaba saliendo como había pensado. A raíz de que a mi marido le excitaba verme seducida por otro hombre según me había confesado en la ocasión en la que estuvimos a punto en el polígono, convencí a un chico con el que había estado en alguna ocasión anteriormente cometiendo alguna infidelidad, para que se encontrara conmigo a la 1:30 en el pub en cuestión. Mi marido no lo conoce de nada y si no salía el plan, pues no pasaba nada y si pasaba, pues ya conocía al chico para no tener problemas.
Entramos al nuevo local, donde había más gente, prácticamente lleno, la música más alta y la luz más de disco de hace años. Nos acercamos a la barra, donde el camarero nos puso directamente dos vasitos de chupito ...
... con un licor de esos que no saben nada bien y que se suben demasiado a la cabeza. Nuevo brindis con mi marido y de un trago para dentro. Pedimos la copa donde al camarero ya le pedí que fuese muy corto para no pasarme de la raya, pero a mi chico, le cargó como medio vaso de su ginebra favorita.
Ahora o nunca pensé. Me quite la motera y me quedé solo con el bodi. Recogí la chaqueta en mi brazo y me puse a bailar en el mínimo espacio que quedaba a mi alrededor. El camarero se acercó a limpiar la barra y mi marido me miraba con ojos de quizá ¿deseo? ¿Desconcierto?
- Hace calor aquí-
- Ya veo, me contestó
- Voy a llevar la chaqueta al guardarropa.- le dije
- Voy yo.- me dijo caballeroso y con la voz un pozo tomada.
- No, déjalo, quédate en la barra cuidando el sitio. Le dije
Deje la copa en la barra y avancé entre la gente, buscando los huecos que dejaban, algunos grupos de chicos se abrían para mirarme detenidamente. El ropero estaba al otro lado del local, junto a los baños, donde después de dejar la chaqueta, me acerqué, haciendo cola al lavabo, los chavales que iban al de caballeros, no dejaron de decirme cosas. Algunos envalentonándose, me ofrecieron entrar al baño con ellos si tenía prisa.
Acabé y volví a mi lugar con mi marido, volviendo a necesitar hacerme hueco, al pasar entre un grupo de chicos de unos 40, levanté los brazos para pasar entre ellos, luciendo aún más mi cuerpo ante ellos. Alguna mano me agarró de la cintura, otra en el culo bajo la ...