La fantasía de mi marido: sábado en Madrid.
Fecha: 30/11/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... seguridad que le daba la oscuridad del local.
Llegué a mi lugar de la barra, donde un hombre de unos 45 se había colocado junto a mi chico y yo juguetona ya, me coloqué delante de él en la barra haciéndome hueco. Cogí mi vaso dando a entender que ya estaba allí, pero el tipo no se movió. Entre mi marido y yo, en un pequeño espacio, teníamos a este desconocido. Volví a bailar moviéndome lo poco que me permitía el pequeño hueco que me fui haciendo con mis movimientos, mientras en un giro y otro, veía al tipo mirar mi espalda medio desnuda, apenas unas cintas sobra la cadera y el cierre del sujetador algo más arriba. Tras él, la mirada de mi marido, tranquila, mirando cómo me movía seductora, mirando como el camarero, limpiaba la barra de nuevo a mi lado. Volví a coger la copa y me puse de espaldas a ellos. Un dedo bajo por mi espalda casi desde el cierre hasta las cintas de seda que cerraban sobre mi vaquero, haciéndome cerrar los ojos de lo placentero y morboso que me pareció, pues ese dedo, no era de mi marido. Al momento no era un dedo, era la mano la que bajo el ala de la barra subía por mi costado, entre la piel desnuda y el encaje hasta la base de mi pecho, llegando hasta el, parando e intentando subir más pero sin llegar a pasar por encima. La sensación me parecía maravillosa, nadie se daba cuenta de donde llegaba la mano, solo me podían ver bailar, contonearme levemente mirando a ningún lado, notando a un extraño arrimarse a mí para poder llegar su mano, ahora ...
... sí, a agarrar por la parte baja mi pecho derecho, si el dedo pasa por encima de él, notará como mi pezón intenta rasgar la tela de lo duro que estaba en ese momento. Mientras bailo, noto como se arrima a mí, como pega su pelvis a mi culo que se contonea haciendo círculos, pudiendo notar como su polla, bajo el pantalón, está dura. Cada movimiento que hago, casi es acompañado por él, mientras su mano ahora baja a la cintura para que el movimiento de mi culo sea casi por completo, pegado a su bulto. En un momento aparece mi amigo José, entre la gente para colocarse delante de mí, cual extraño, en la barra. Pide una copa y se me queda mirando. Su mirada es penetrante. Mira mi escote como cualquiera de los que estaban anteriormente en la barra, ve como una mano me tiene agarrada por la cintura mientras me empieza a hablar al oído.
- ¿Es tu marido? .- me pregunta
- No, no lo es. -Contesto con una voz muy sensual
- ¿Dónde está? –Continua
- Estaba justo detrás de él hace un momento. -Le contesto
Al acercarse a mi oído para seguir hablándome, me agarra un pecho sutilmente, lo que me hace de estremecer.
- Esta ahí tomando la copa tranquilamente, mirando.- dice
- No está pasando nada.- ¿no? Le digo mirando a sus ojos azules.
José es un amigo que conocí charlando por internet, unos 40, alto, pelazo y sobre todo, bien dotado como me había confesado y yo pude anteriormente comprobar. Es divertido y eso me hizo un día quedar a tomar un café con él y allí terminó de ...