1. Cosas del azar


    Fecha: 09/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cabrón y mi marido otro mayor... pero tu polla me mata.
    
    Enseguida noté la rabia en tu cara, pero también tu excitación por ello dije con una voz muy sensual:
    
    - ¿Quieres pegarme Silvia?
    
    En ese justo instante le soltaste una bofetada a tu marido y cuando te disponías a hacer lo mismo conmigo te agarre de la muñeca y después de la otra dejándote tumbada en la cama y yo encima de ti agarrándote de ambas muñecas.
    
    - Tranquila mi putita, - te dije - guarda esas energías para cada fin de semana que te visite y ve haciéndote a la idea de obedecer a todo lo que yo te pida. Dije con voz de superioridad y de saberme victorioso en todos los sentidos.
    
    Mientras te decía esto solo podías retorcerte, intentando zafarte de mí y quedar libre pero solo conseguías que tus muñecas se pusieran rojas por la presión que ejercía para no dejarte escapar.
    
    - Si sigues así será peor, te terminaras haciendo daño y además te castigaré. - te advertí
    
    - ¿Qué crees?, ¿qué voy a dejar que hagas conmigo lo que quieras cuando tú quieras?
    
    - No sólo lo creo... ¡estoy seguro de ello!
    
    - ¿Sí?, ¿Cómo estás tan seguro? - respondiste retándome, pero visiblemente excitada.
    
    - Porque me lo dice tu cuerpo.
    
    Mi mirada se dirigió a la altura de tus tetas, en tu camiseta se veía los pezones bien duros y marcados y más al tener la camiseta de tu pijama tan apretada a tu cuerpo por la presión de estar yo encima. Y bajé mi cabeza para darte un mordisquito en el derecho. Entonces cerraste los ojos ...
    ... suspirando...
    
    Intentaste reaccionar. Mi mordisquito y el comprobar que tenía razón en cuanto a tus pezones, sólo hizo que te enrabietaras más y te volvieras loca intentado quitarme de encima de ti.
    
    - ¡Pablo, agárrale las muñecas! - dije con voz firme a tu marido - ¡Silvia, Silvia, veo que no estar por la labor de obedecer! - añadí gritándote.
    
    En el momento en el que tu marido te cogió de las muñecas, yo te agarré de la cintura, te di la vuelta levantando tus nalgas y bajé tu pantalón dejando tu culo al aire y tu tanguita metido en tu rajita para plantarte un azote sonoro en tu nalga derecha.
    
    - ¿Ves lo que ocurre cuando no obedeces……..? - te dije riendo.
    
    Seguías intentado liberarte también de Pablo, pero ¡Plaf!, te pegué otro azote.
    
    - Silvia, tu nalguita empieza a ponerse roja. ¿Porque no obedeces y disfrutas?
    
    Seguías revolviéndote para intentar escapar y ¡Plaf!, otro azote.
    
    - ¡Ahhhhhh, ese ha dolido cabrón! - gritaste, pero cada vez con menos resistencia.
    
    Me agaché, lamiendo tu enrojecida nalga que estaba y luego le di un mordisquito.
    
    - ¡Uf Silvia!, estas tan mojada que empieza a chorrearte el coño por la parte de dentro de tu muslo... ¡estás hecha una zorra! Y ahora ¿Te gusta resistirte verdad?... Ves Pablo – dije mirando a tu marido - he sacado el lado oculto de zorra de tu mujer.
    
    Pablo solo pudo agachar el cabeza resignado. De nuevo había perdido una apuesta conmigo. ¡Nunca escarmienta!
    
    Cuando te viste seguro de que no iba a resistirme, por ...