Cosas del azar
Fecha: 09/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cuenta de que estaban empapadas. Habías conseguido ponerme tan cachonda... y con mi marido ahí al lado, ¡ufff!
A los dos minutos volviste a la cocina, para recuperar tu posición, justo detrás de mí a seguir con tu manoseo a mis tetas, aunque esta vez no dije nada.
- Nunca le he hecho esto a Pablo... - te dije cerrando los ojos acercando mi mano a tu polla acariciándola por encima de su pantalón y notando lo durísima que estaba.
- Y yo nunca he estado con una mujer como tú. - dijiste en una frase que me estremeció.
- ¡Nos puede pillar!
- Tranquila, está buscando más fotos del insti.
- ¿Y si le da por venir?
- Es el riesgo que tenemos que correr – susurraste en mi oído mientras tu polla crecía gracias a mis masajes.
Tus manos se metieron bajo mi camiseta comenzando a masajearme las tetas, pero esta vez, por dentro, directamente sobre mi piel, sin cortarte en absoluto. Yo me moría de gusto y tu besabas mi cuello, me lamías el lóbulo de la oreja. Me pellizcabas los pezones y yo quería gritar de placer. Tu verga era enorme y no pude aguantar más, me giré y te bajé la cremallera para meter mi mano en tu slip. Saqué por fin esa preciosa polla que me hizo relamerme.
Viéndome tan decidida, me besaste, esta vez en los labios, pero lo hiciste con parsimonia, con un juego de labios, que acabó siendo de lenguas, totalmente lascivo y sensual. Hasta que vi como tu mano bajaba por mi tripita para meterse bajo mis braguitas. Cuando sentí tu mano acariciando mi ...
... rajita casi me deshago, pero tú, hábilmente tapaste esos gemidos con más besos mientras mi mano seguía masturbándote. Tus dedos dibujaban mis labios vaginales y tu boca seguía apoderándose de la mía.
- ¡Me corro, me corro! - dijiste de pronto cuando mi mano aceleraba el ritmo de la paja.
- Hazlo aquí. - te dije señalando mis braguitas.
En ese momento levanté la camiseta y separé las braguitas de mi sexo. Acercaste tu polla ubicando el glande dentro de mis braguitas rozando mis labios vaginales. Al notarlo ahí me corrí, apagando mis jadeos con tus besos, mientras seguías comiéndome la boca y mi mano apretaba tu polla dentro de mi tanga. Unos segundos después innumerables chorros de tu semen caliente inundaron mi braguita y calaron mi sexo.
- ¿Os queda mucho? - se oyó gritar a Pablo desde el salón.
- ¡Ya salimos cariño! - respondí en otro grito con mi respiración agitada.
En ese momento, saqué mi polla de tus braguitas, la agarré desde la base mirándote y acto seguido, tras mirarme lascivamente, te agachaste y la lamiste con varios lengüetazos hasta que la dejaste completamente limpia cuando te dije:
- ¡Mmm, parece que estas bien enseñada!
Salimos a la sala y allí estaban las fotos que Pablo había encontrado, me senté en la mesa para comenzar a ojearlas con él y en el momento que saliste de la cocina Pablo se percató sorprendido de tu cambio de ropa. Te preguntó confuso:
- ¿Por qué te has cambiado, cariño?
- Enjuagando los platos me salpiqué y no quería ...