Vengándome del hijo de puta de mi vecino
Fecha: 11/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos
Son las cuatro y media de la mañana y aunque mi cuerpo se haya despierto mi mente aún añora la calidez de la cama de la que acabo de levantarme después de pasar otra noche de perros gracias a mi ‘querido’ vecino.
La verdad es que no me voy a molestar en prepararme una taza de café, pego un gran trago directamente de la cafetera y tras comprobar que llevo todo, salgo de casa para ir a trabajar.
Con los ojos medio cerrados llamo al ascensor mientras levanto del dedo índice de mi mano derecha hacia la puerta de mi vecino con la esperanza de que esté mirando por la mirilla y reciba el cordial saludo de buenos días que le estoy enviando directamente desde lo mas profundo de mi corazón.
En el garaje, repito lo que ya se ha convertido en rutina, comprobar que no hay nada sospechoso junto a las ruedas del coche que las destroce en el momento en el que se pongan en movimiento. No, no estoy paranoico, tras ocho pinchazos en menos de un año, he aprendido la lección y prefiero doblar la espalda a tener que cambiar de nuevo las ruedas, pese a que el del taller quiere nombrarme cliente del año. Tras cerciorarme de que no hay sorpresas, abro el coche con el mando a distancia y al tomar el tirador para abrir la puerta, siento algo pegajoso en mis dedos. Joder, esta es nueva! Me digo a mi mismo, tomando nota mental para no volver a caer mientras me limpio las manos con una toallita húmeda que llevo en la guantera.
Pero ha merecido la pena, me repito una y otra vez, ha merecido la ...
... pena.
Llegados a este punto, dejadme que os ponga en situación, no vaya a ser que os caiga simpático el vecino y encima os pongáis de su parte.
Lógicamente, nadie es poseedor de la verdad absoluta, pero ya que el relato es mío y no tendréis su versión de los hechos, tendréis que creer mis palabras y desearle lo peor.
Como empiezo, veamos….
Hola, mi nombre es Juan y soy el Bueno de la historia. Tengo 35 años y desde que heredé el piso de mi abuelo, hace 12 años, tenía una vida plena y era feliz… al menos hasta hace dos años. El trato con mis vecinos era normal, agradable, vamos, como suele ser 99% de las veces. De hecho, aunque por mis horarios laborables coincidíamos poco, trataba de hacerme querer cuando así era y me ofrecía a ayudar en todo lo que estuviese en mi mano. Mirad si supe hacerme querer que la "Señorita Puri", mi vecina del tercero, digamos que me "adoptó" al poco de mudarme y siempre que trabajaba de mañana me tenía preparado un tupper para que comiese nada más llegar a casa y no tuviese que ponerme a cocinar después de haber trabajado durante toda la mañana.
Purificación Garcias, es decir, la "Señorita Puri" era una agradable solterona de 70 años que vio en mi al hijo que nunca tuvo y se propuso que al menos, mi alimentación fuese la mejor posible y no abusase de la comida basura. Nunca he visto a nadie mas feliz al recibir de vuelta los tuppers inmaculados. - Casi no me ha hecho falta fregarlos. -le decía siempre al devolvérselos. – Estaba todo ...