Vengándome del hijo de puta de mi vecino
Fecha: 11/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos
... tan rico que casi me como el tupper también. -una gran sonrisa se apoderaba de su rostro. - Volverá a rechazarme y no se casará conmigo?
Sinceramente, era, y es, un amor de mujer.
Aunque me pese, toca hablar del hijo de la gran put… digo… de mi vecino.
Ramón Díaz, 55 años, casado con Julia Díaz, y padre (parece mentira) de dos preciosas niñas de 12 y 18 años. Decir que está chapado a la antigua es quedarse corto, según él, el sitio de una mujer está en la cocina y solo deberían abrir la boca para decir que si a todo lo que diga el marido. Sus hijas estudian en un colegio privado "para señoritas de bien", el Ilustre Colegio Santa Elena, tal como recalca cada vez tiene ocasión. Llueva, nieve, truene o haga un sol desgarrador, cada domingo, día del Señor, toda la familia debe acudir junta a la Iglesia y rezar de rodillas un Rosario después de que concluya el oficio.
La verdad que esto a mi me trae sin cuidado, cada uno es como es y mientras su mujer y sus hijas le aguanten…
El trato con él y con su familia era correcto, como con el resto de los vecinos, hasta que todo cambió hace dos años más o menos.
Por esa fecha vino una nueva familia al edificio, formada por una señora que rondaría los 65 años y sus dos nietos gemelos de apenas dos años. Los padres de las criaturas habían muerto en un accidente de tráfico y ella había quedado al cargo de ellos. Había comprado el piso con el dinero recibido del seguro de vida de los difuntos y se proponía darles la mejor ...
... educación posible a sus nietos. Para ello había abandonado el pueblo donde vivía y se había mudado a la ciudad.
Pero, según Ramón, no eran dignos y no podían vivir en nuestro edificio. Era un edificio de "gente de bien" y esa "chusma" (ojo, son sus palabras, no las mías) no tenía derecho a vivir con nosotros. Su único delito (repito, palabras de Ramón, de nadie más) era ser de color.
Desde el primer día que llegaron no dejó de soltar mierda por la boca tratando de poner a todos los vecinos en su contra, cosa que poco a poco iba consiguiendo.
Todos? No, todos no. Una pequeña parte (la Señorita Puri y yo) resistíamos a su perorata y tratábamos de hacerle entrar en razón.
Por desgracia, todo estalló el día que Adisa (la abuela) se cayó por las escaleras y se rompió una pierna.
Al volver del hospital, pidió convocar una reunión urgente y Ramón no perdió el tiempo en malmeter entre los vecinos asegurándonos de que nos iba a caer una denuncia de órdago y de que la "negra de mier..." (me niego a terminar sus palabras) se iba a hacer rica a nuestra costa.
Nada mas lejos de la realidad, Adisa, muerta de la vergüenza por lo sucedido, nos contó que se había caído por no prestar atención al ir más pendiente de sus nietos que de las escaleras y pidió perdón por el espectáculo montado al venir las ambulancias. Nos explicó que el verdadero motivo de la reunión era solicitar la instalación de un ascensor en el hueco de la escalera ya que en su estado le era imposible subir a ...