1. Vengándome del hijo de puta de mi vecino


    Fecha: 11/12/2022, Categorías: Hetero Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos

    ... a casa.
    
    - No vas a...? -preguntó extrañada.
    
    - No. No voy a. -contesté tomando asiento en el sofá.
    
    Se levantó de la mesa y sin saber que estaba ocurriendo fue a por su ropa. Cuando se hubo vestido la llamé.
    
    - Tu decides quien llamará el lunes a mi puerta. Ángela o la aprendiz de zorra. -le dije dejándola mas confusa aún si cabe.
    
    - Y que pasará con el video?
    
    - Eso dependerá de quien se presente ante mi. Ahora vete.
    
    Nada mas cerrarse la puerta, saqué mi polla de los pantalones y comencé a masturbarme como un loco. No sabía de donde había sacado las fuerzas necesarias para no tirarme encima de ella y follármela una y otra vez. Apenas bastaron unas sacudidas cuando mi esperma salió disparado de mi interior aterrizando sobre la mancha de humedad de la alfombra uniéndose a la corrida de mi vecinita.
    
    En la ducha, la imagen de Ángela abierta para mi y el recuerdo del sabor de su coño, volvió a mi mente y antes de que me diese cuenta, mi mano se había apoderado de mi miembro y lo acariciaba tratando de emular el coño de mi vecinita.
    
    Los siguientes dos días, con la excusa de que el cabrón de Ramón seguía haciendo de las suyas, los pasé en casa de mis padres, aunque realmente, quería evitar a Ángela para no atosigarla.
    
    -Por qué no lo denuncias? -me volvió a preguntar mi madre.
    
    - Ya te lo he dicho, mamá. -volví a repetir. - No serviría de nada.
    
    -Sabes que puedes volver a vivir con nosotros. Siempre serás nuestro niñito.
    
    - Gracias Mamá, pero no ...
    ... pienso darle ese gustazo a Ramón. No conseguirá librarse de mi tan fácilmente y tarde o temprano rendirá cuentas por sus actos. -zanjé la conversación dejando a mi madre pensando en el significado oculto de mis palabras sin llegar a percatarse de la velada amenaza que contenían.
    
    A modo de compensación por darme asilo durante el fin de semana, mis padres me pidieron que les acompañase a la iglesia y luego presentar nuestros respetos ante la tumba de mi abuelo. Para demostrarles mi agradecimiento, no solo acepté, sino que les propuse invitarles a comer una paella después de misa.
    
    Me sentía como un pez fuera del agua sentado en el banco de la Iglesia. A mi alrededor, la gente murmuraba las oraciones y yo me mantenía en silencio con los brazos cruzados. Respetaba las creencias de cada uno, pero la religión era un tema que no iba conmigo.
    
    - Venga que ésta te la sabes. -me dijo mi padre acercándose a mi. - Padre nuestro que estás en los cielos….
    
    Estuve a punto de ponerme a recitar la plegaria, pero me di cuenta de la letra que yo conocía no se correspondía con la que todos recitaban. - Vaya, -pensé. - hay versión 2.0 del padrenuestro.
    
    Cuando el cura comenzó a santificar el pan y el vino, hizo su aparición un ejército de beatos y beatas, cepillo en ristre, dispuestos a saquear los bolsillos de los fieles.
    
    En el momento que el cepillo se acercó a nosotros, mi madre disimuladamente me pasó una moneda, con un gesto digno del mejor camello, para que lo echase en el cepillo. ...
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