Silvia
Fecha: 12/12/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... caliente que estaba. Sería el verano o el saber que él nos estaba espiando, porque estaba segura que lo haría o el estar toda la tarde tumbada en la piscina con mi hermana, medio desnudas. Me hubiese, incluso, sentido orgullosa de que ella probase la polla de mi marido y viese lo bueno que me había salido.
-S. Hay que tenerlo muy claro para no temer que se enamorase de ella y te dejase.
-M. Hija, yo hablo de follar, no de que pasasen una noche romántica. Tu padre solo se hubiese enamorado todavía más de mi tras un regalo así. Además, que debo ser un poco ninfómana o puta o pervertida, no sé. Dime tú, sino que hacemos las dos aquí follando a todo trapo, madre e hija. Te imaginas la reacción de, no sé, alguna de tus amigas pijas si lo supiesen.
-S. Bueno, no te creas, que alguna quizás haya probado también. Yo no creo que sea tan poco habitual mama, un completo no sé, pero algo como lo de ayer en cama…
-M. Da igual, a lo hecho pecho, solo quiero que sepas que si fueses más joven esto nunca habría ocurrido. Ya te he dicho antes que solo me gustan las maduritas.
-S. ¡Eh! Que todavía no soy madurita.
-M. Por desgracia, porque en cinco o seis años más estarás mucho mejor.
-S. Mami, quiero intentar correrme solo por el culo como tú.
Silvia se giró y nos dimos un morreo eterno mientras ella sentaba su culo y lo removía en el sofá para que el vidrio no parase de masajearle el culo.
-S. Déjame ver que más tienes ahí. Caray, yo quiero ese, él más ...
... grande.
-M. ¿Seguro?, ese está hecho para el coño, es demasiado gordo.
-S. Porfa Mami, lo intentamos....
Cambiamos de postura, yo me senté a los pies del sofá y Silvia se sentó y abrió las piernas agarrándoselas con las manos por detrás de las rodillas.
Con cuidado saqué el consolador que tenía puesto y me di cuenta de lo cachonda que estaba porque su culo no se cerró, continuó abierto esperando la porra de cristal que mi hija insistía en que le metiese dentro. Me asusté, por como chilló cuando llevaba ya unos centímetros metidos, pero no era de dolor, Silvia protestó y me pidió, por dios, que se lo clavase todo. Comenzó a hiperventilar aún más, a hablar atropelladamente.
-S. Fuerte, fuerte, fuerte, dame fuerte. Fóllame bien mami. Fóllame bien que luego te compensaré. Dame fuerte. Mami, me voy a correr imaginándome a papá follando contigo y con la tía, follándoos a las dos, como dos putas.
Yo hacía un esfuerzo por darle con el consolador lo mejor que podía, me daba cuenta de que estaba a punto de subir al paraíso, pero ya me dolía el brazo, me temía hacerle daño, pero por suerte veía su coño totalmente blanco, lleno de su líquido y un hilillo de este que caía hacia abajo y lubricaba algo el cristal. Fue al ponerme de rodillas y cambiar el modo en que agarraba el chisme, sujetándolo como si fuese a clavarlo en el suelo, cuando me tranquilicé y vi que ya casi estaba, mi hija iba a tener el orgasmo de su vida. Lancé un par de escupitajos sobre el vidrio y comencé un mete ...