1. Siento curiosidad


    Fecha: 13/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... presentaban espectáculos de sexo en vivo, había por aquella época un show muy promocionado con el nombre de “Sansón y Dalila”. Y claro, como era la novedad, fuimos con mi esposa a presenciarlo.
    
    En el lugar, instalaban a tres parejas por palco, si así puede llamarse a este tipo de acomodación, compartiendo una mesa donde se ofrecía champaña u otro tipo de licores y pasabocas, a requerimiento, para ser consumidos durante el espectáculo. Sansón, era, ni más ni menos, un hombre de color, acuerpado, calvo, bastante grande y con un miembro descomunal. Su pareja, Dalila, era una mujer rubia, alta y delgada, bastante menudita, que contrastaba con su par masculino. El miembro de Sansón era casi del tamaño de uno de los antebrazos de Dalila, de allí que aquel espectáculo atrajera la atención de los asistentes, generalmente parejas.
    
    En su representación, los actores desarrollaban una historia donde, al final, ambos ya desnudos, Sansón sometía sexualmente a Dalila, y era esa la parte atractiva del espectáculo, porque los diálogos, en idioma alemán, nunca los entendimos. Para nosotros, sin embargo, aquello no tenía importancia. Los actores procuraban que se viera explícitamente todos los detalles del intercambio sexual y, de verdad, tanto mi esposa como yo, estábamos fascinados con aquello, porque, de donde veníamos, jamás habíamos tenido la oportunidad de presenciar algo similar. Alguna de las asistentes, pareció burlarse de lo que Sansón hacía, así que este, con señas, la ...
    ... invitó a que subiera al escenario. Y, lógico, ella se negó. Su marido estaba muy apenado con lo sucedido, pues todas las miradas reposaban en ellos.
    
    Era evidente que aquellas escenas despertaban nuestra curiosidad y calentura. Durante la presentación se podía ver cómo nuestras parejas femeninas miraban con atención el accionar de Sansón y cómo cambiaban de postura en sus asientos mientras los actores desarrollaban su rutina, que incluía sexo oral, penetración vaginal y penetración anal. A nuestros ojos eso, simplemente, era el espectáculo de los espectáculos y, después de aquello, uno salía dispuesto a explorar todas las posibilidades que el barrio rojo nos ofrecía. Como, por ejemplo, probar sexualmente a una de tantas hermosas mujeres que por allí deambulaban y abiertamente se ofrecían para tener sexo, ya que en este país la prostitución, y especialmente en este lugar, es legal.
    
    Era un viernes cuando llegamos al Cityhotel Monopolo, en el barrio Sankt Pauli, con la intención de quedarnos allí todo el fin de semana. Las experiencias vividas en Kiel habían despertado nuestra curiosidad y, con tanto que se hablaba de la vida nocturna en Hamburgo, decidimos irnos de excursión y confirmar si era cierto todo aquello que se nos decía. El hotel estaba situado en medio del barrio, cerca de la calle Reeperbahn, conocida también como la “milla del pecado”. Nuestro principal objetivo era presenciar el espectáculo de “Sansón y Dalila”, de modo que, muy temprano, 9 pm, acudimos ...
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