1. Siento curiosidad


    Fecha: 13/12/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... prendiendo de emoción. Prometo no defraudarte. Y, diciendo esto, colocaba la mano de ella sobre su pantalón, para que percibiera el tamaño y dureza de su miembro. ¡Déjame darte un beso! Y ahí, sin vergüenza alguna, en frente de mí, la besó como si fueran novios. Ella, por supuesto, se calentó de inmediato. Y él, continuando con la seducción, le dijo, espero que, así como besas de bien en la boca, beses mi sexo… sé que no me vas a defraudar ¿Verdad? Sí, tímidamente respondía ella.
    
    ¿Me invitas a tu habitación? Continuó. ¿Ya? Pregunta ella. Sí, ya, responde él. No podemos dejar enfriar el momento. Y, levantándose, la invitó a salir por delante de él, colocando ambas manos en sus caderas y caminado detrás de ella, muy juntico, de manera que debió ser inevitable que ella no sintiera su masculinidad acosándole en sus nalgas. Y ya entrados en el ascensor, los tres, Rolando se colocó de frente a ella y la besó nuevamente, y así, además acariciándola por encima de la ropa, llegamos al séptimo piso, donde estábamos alojados.
    
    El recorrido a la habitación fue bastante corto. Dos metros a la derecha al salir del ascensor y ya estábamos allí. Yo me adelanté para abrirles, de manera que entraron sin mayor dificultad. Rolando, de una, sin demoras, la dirigió hacia la cama. Estando de pie, al borde del lecho, Rolando, hábilmente, suelta y deja caer la corta falda al piso. Ella, con sus pies, aparta la prenda a un lado. El, entonces, le acaricia el sexo por encima de la ropa, y le ...
    ... dice: Nena, estás mojada, Tu sexo reclama el mío. Mira cómo me tienes. Y apresurándose a soltar sus pantalones, expone su miembro a la vista de ella y coloca una de sus manos sobre su enorme pene. Ya soy todo tuyo. No me hagas esperar más…
    
    Ella estuvo un tanto dubitativa. Me miró como sin saber qué hacer. Entonces dije, si sientes que no debe ser, no pasa nada. Simplemente paramos. No hay obligación. No, dijo, si ya llegué hasta aquí, es mejor enfrentar la situación. Vamos, nena, dijo Rolando. Satisface tu curiosidad y calma tu deseo. ¿No era eso lo que querías? Sí, dijo ella. Pero es que nunca antes había estado en esta situación. Es algo nuevo para mí y voy paso a paso, lentamente, mientras lo asimilo. ¿Nunca habías visto y tenido entre tus manos un miembro como el mío? No, respondió ella. Es la primera vez. Entonces, dijo él, comprueba que es una realidad y disfrútalo. ¡Tócalo!
    
    Ella, entonces, recorrió con una de sus manos ese enorme miembro de arriba abajo, concentrándose en la punta del pene, que tenía forma de hongo, palpitaba y se veía reluciente. Siguió frotando con una de sus manos aquel pene y, con la otra, empezó a acariciar los testículos del hombre, también bastante prominentes. ¿Te gusta, nena? Preguntó Rolando. ¿Quieres probarlo? ¡Adelante! No te inhibas. Y ella, atendiendo su invitación, poco a poco empezó a lamer la cabeza turgente de aquel sexo. ¡Vamos! La alentaba, Rolando. Lo estás haciendo bien, decía. No me equivocaba, usas bien tu lengua, nena. Sigue ...
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