Un clavo saca otro clavo
Fecha: 13/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... escasez de ropa para animar a un hombre tras un desengaño amoroso´´ pensaba mofándome para mis adentros.
Tras desayunar y asearme un poco, me dispuse a dirigirme a la perfumería donde me tocaba otro largo día de trabajo. Casi diez horas con poco menos de dos horas y media de descansos para comer y descansar.
Fiché saludando enérgicamente a mi coordinadora y trabajé con entusiasmo hasta la hora del almuerzo, donde tras coger mi Huawei de la taquilla y encenderlo, descubrí una cascada de furiosos mensajes de Nicole que me había ido enviando en la última hora. Una mezcla desordenada de audios y parrafadas de escritos dictaban insultos, acusaciones variopintas y amenazas por acercarme a su ‘’chico´´.
— Cálmate, Nicole. No es lo que piensas –susurré con manifiesta tranquilidad, como si no estuviese haciendo nada malo. Mantuve el dedo sobre el botón para grabar audio en el whatsapp-. Lo estás mal interpretando.
Evidentemente, opté por ignorar todos los insultos. Vi el aviso de que estaba grabando un audio, en el que esperaba que se desahogase de manera poco amigable… y eso hizo.
— ¿Pero tú de que vas, triple hijueputa? ¿Después de hacerte fotitos con mi jevo? ¿Piensas que soy pendeja? ¿¡Ah!? ¡Cuando te vea te voy a agarrar a coñasos!
— No es lo que crees –repetí, grabando otro audio; procuraba no reírme. Tranquila, serena y paciente esperé a que se calmara. Ya esperaba que reaccionara así, y sinceramente, me complacía su alterada manera de reaccionar.
— ¿Me ...
... vas a explicar entonces que es?
— Te lo cuento, pero no le digas nada a Pablo… -comencé a decir. En un audio de más de dos minutos de duración, le expliqué que su novio quería vengarse de ella. Y como no quería serle infiel, me había pedido ayuda para ponerla un poco celosa y hacerla sentir mal. Como era su amiga y él estaba muy deprimido, indudablemente accedí.
Por supuesto, Nicole se sentía dividida: Por una parte, no podía soportar ver a otra tan cerca de su novio, y por otra, la culpabilidad por lo que le había hecho, le hacía sentir que tenía el deber de ser castigada de alguna manera. Además, sabía que yo no sentía nada por su novio. Por algo habíamos estado tres años conviviendo juntos. ¿Lo mejor? Cayó de pleno en mi trampa.
— ¿Todavía está Rabón? –En Colombia significa estar enfadado.
— Bastante… No sé si podrá perdonártelo. Por eso no me parece tan mala idea dejar que se vengue un poco. ¿No crees? –Terminé el audio, lo envié y empecé otro desde cero-. La verdad es que a mí me molestó bastante que fueses capaz de hacerle eso a Pablo. Lo mínimo que puedes hacer es consentirle un poco…
— ¿En que tipo de vainas tengo que consentirle?
— Para vengarse quiere celarte un poco –musité, pinchando un par de macarrones con mi tenedor y llevándomelos a la boca-. Esto te lo cuento para que te quedes tranquila y sepas que no pasa nada, pero si quieres estar bien con Pablo tendrás que consentirle un poco.
—¿¡Ah!? ¿Qué vaina? ¿Qué os hagáis juntitos con poca ropa? ...